Al crecer, el condicionamiento familiar, social y cultural va formando nuestra personalidad, junto a nuestra psicología de nacimiento.
A no ser que seas una persona despierta ya de joven, lo más normal es que ciertos temas se conviertan en tabúes para toda la vida.
La infidelidad y el sexo son algunos por excelencia.
No sólo son tabú, sino que para algunos ser infiel es casi peor que asesinar a alguien.
El tema plantea varias cuestiones:
- ¿Qué hay detrás de la infidelidad?
- ¿Cuál es la raíz del asunto?
- ¿Podemos aprender de la infidelidad?
En este artículo, Tania Carrasco va a contarte su experiencia con este tema que levanta tantas ampollas.
No lo va a hacer desde la especulación, sino desde su propia experiencia (que no es poca).
Ya te aviso que si tienes prejuicios con esto quizá te rompe los esquemas para siempre. Luego no me digas que no te avisé…
Adelante Tania 🙂
Introducción
Es maravilloso poder aprender de cada cosa que te sucede en la vida, incluso de la infidelidad.
Todas las situaciones, sobre todo las dolorosas, llegan para enseñarnos algo, casi siempre de nosotr@s mism@s.
De la infidelidad he tenido la suerte de haber aprendido mucho.
Es un tema que preocupa bastante a mucha gente, que trae muchos problemas y sobre el que todas las personas nos permitimos el lujo de opinar, normalmente a la ligera.
Estoy un poco cansada del cinismo y la hipocresía con que se tratan estas cuestiones y quiero contar mi verdad.
Cuando hablo de infidelidad siempre me asaltan estas preguntas:
- ¿Cuántas parejas se rompen por culpa de infidelidades?
- ¿Cuántas parejas son incapaces de superar una infidelidad de forma sana y verdadera?
- ¿Cuántas veces tiramos por la borda una relación que merecía mucho la pena porque la otra persona ha sido infiel?
- ¿Cuánta gente no aprende nada de las cosas que le suceden?
Conozco el “problema” desde los dos lados: he sido infiel y me han sido infiel.
Lejos de lo que pueda parecer, es un tema que puede trabajarse para superarse. Tanto de un lado como de otro.
Tanto si tu caso es el de la persona a la que le han puesto los cuernos y estás siendo incapaz de superarlo, como si tu caso es el de la persona infiel a la que le gustaría saber comportarse de otra manera, ambas disyuntivas pueden ser resueltas sin grandes dramas.
Yo misma he conseguido afrontar las dos situaciones, creo que con bastante éxito, y estaré encantada de contártelo.
Quién soy y qué estoy haciendo aquí
Mi nombre es Tania y he sido infiel muchas veces. También me lo han sido a mí, claro…
No sé si existen reuniones de “infieles anónimos” pero quizá estaría bien que pudiésemos hablar de estos temas libremente y sin sentir que se nos está juzgando, verdad?
Gracias a los años en diferentes terapias y el haber pasado por distintas situaciones, tengo la suerte de poder decir que aprendo de los errores y construyo la vida que quiero en cada momento. Y de la infidelidad he tenido que aprender mucho y construir sobre ruinas a veces.
Ahora, desde mi web intento transmitir todo lo que he aprendido por si puedo ayudarte a que no caigas en los mismos “errores”.
Aunque estoy especializada en Terapia Nutricional y Método Pilates para ayudar a las personas a sanar físicamente, manteniendo un peso sano y una energía desbordante, he trabajado como coach emocional otros tantos años.
Pero es verdad que me dí cuenta que era mucho más fácil y práctico poner el foco en lo físico antes de avanzar con el resto.
Qué nos diría tu cuerpo sobre la infidelidad? Seguro que muchas cosas…
No sé para ti pero para mí las relaciones sentimentales han sido muy importantes a lo largo de todo mi vida. Siempre he dado un lugar prioritario a las relaciones de pareja y he intentado volcarme al máximo en el amor.
Ni siempre lo he conseguido, ni siempre me ha salido bien.
De hecho, he sufrido mucho por amor, me he llegado a divorciar y me ha costado mucho trabajo aprender a reafirmarme y ser totalmente fiel a mí misma.
Sí, he sido infiel y sí, a mi también me han puesto los cuernos.
Pero oye, aquí estoy vivita y coleando, que de amor ya no se muere nadie.
Qué es la infidelidad
Pues va a depender de a quién le preguntes…
La infidelidad para mí es traicionar los códigos que has establecido con tu pareja. Si no has establecido ninguno, tienes un problema inicial que sería conveniente que resolvieses.
Para mí es mucho más importante sentir algo por alguien y no comunicárselo a tu pareja, que el hecho de acostarte con otra persona en un momento determinado.
Quiero decir, hay infidelidades que puedo superar sin problema como los calentones de una noche de forma puntual.
Lo que me costaría más superar sería que mi pareja empezase a sentir algo por alguien, aunque no se haya acostado con esa persona, y no me lo comunicase.
Pero cada persona que establezca qué es lo que considera infidelidad y que actúe en función de su subjetividad.
La fidelidad como condicionamiento social
En mi humilde opinión, la fidelidad no es intrínseca al ser humano.
Creo que es más normal tener el impulso de ser infiel que mantenerse fiel a la misma persona para toda la vida sin que suponga una traición hacia un@ mism@.
Nos han enseñado que la infidelidad es muy mala, y en función de ese aprendizaje nos movemos por el mundo.
¿Qué pasa en las culturas polígamas, donde la fidelidad no tiene sentido?
Pues lo mismo pero al revés: les han enseñado que pueden estar con quien les parezca, cuando les parezca, y a nadie le extraña ese comportamiento.
Fíjate lo que pasa en esta tribu de mujeres polígamas.
Nos han metido en la cabeza muchos prejuicios con el tema de la infidelidad:
- Cuando decides estar en pareja la infidelidad es la cosa más horrible del mundo.
- A parte de ir al infierno, te conviertes en una especie de monstruo sin derechos al que se puede escupir por la calle si es necesario.
- Si osas a ser infiel serás condenado por la alta Inquisición y tendrás que arrastrarte hasta límites insospechados para obtener un perdón, que en muchos casos nunca llegará.
- Una infidelidad es razón más que suficiente para que eches por la borda relaciones de años, relaciones llenas de amor y comprensión, relaciones cómplices y en las que no había grandes problemas.
Y todo esto sólo porque nos han educado así y no nos molestamos en cuestionarlo.
Por qué es importante la fidelidad
La fidelidad, como todo, tiene la importancia que tú le quieras dar.
Si para ti la fidelidad es condición indispensable para mantener una relación sana, así tienes que planteárselo a tu pareja, cuando la tengas.
Entiendo que si para ti la fidelidad es importante, estoy hablando con una persona fiel. No valen las medias tintas. No sirve eso de “tú sólo mía y yo hago lo que me salga del pito”.
Cuando construimos una pareja, pensamos en el futuro en relación a lo que esperamos de esa pareja.
Si la persona con la que estás iniciando una relación te manifiesta que necesita que seas fiel y tú sabes que no podrás, deberías tener la valentía de plantear tu punto de vista.
Si en el orden inverso, estás empezando una relación con una persona que te manifiesta abiertamente que no cree en la fidelidad y, sin embargo, para ti es muy importante, sal de ahí porque eso no puede acabar bien.
La fidelidad es importante, o no, en función de los códigos que establezca cada pareja desde la honestidad absoluta.
Infidelidad: qué pasa cuando te ponen los cuernos
Aunque yo tengo más experiencia en el otro lado, en este tampoco voy mal servida. Pero mi visión te la cuento más abajo. Vamos a lo general.
Cuando te ponen los cuernos suele pasar lo siguiente:
- Descubres que tu pareja te ha sido infiel y se te viene el mundo encima.
- Tanto si te lo cuenta como si te enteras por otro lado, se te cae el mundo igual. No duele menos porque la persona haya tenido la consideración de contártelo.
- Empiezan las broncas, los llantos, las amenazas… La desconfianza llega a niveles insospechados. ¡No te puedes creer que te esté pasando esto a ti! ¡Tú que lo has dado todo!
- Cuando el papel de víctima se te queda corto, coges la batuta con la mano buena y empiezas con los castigos.
- Te esfuerzas muy mucho para que la otra persona se sienta, al menos, el doble de mal de lo que te estás sintiendo tú.
- Castigas, insultas, chantajeas… Quieres ver a esa persona hundida en su propia mierda, gritando de dolor y suplicando de rodillas tu perdón.
Qué sano, ¿verdad?
Ser infiel y sentirte culpable
Cuando eres infiel, lo normal es que sientas que eres poco menos que un rastrojo. Eso es lo normal.
Te han educado para que sientas que eres una persona terrible que ha traicionado a todo el mundo por haber echado una canita al aire en un momento de debilidad.
- Si eres una mujer, serás la guarra del pueblo como alguien se entere, lo que te hace sentir aún peor.
- Si eres un hombre, menudo cabronazo estás hecho. Aunque no lo creas, ellos también sufren con estas cosas, ¿sabes?
Puede pasar que seas capaz de soportar el sentimiento de culpabilidad y guardarte este detallito hasta la tumba.
En ese caso, te sentirás mal cada día de tu vida. Cuando mires a tu pareja a los ojos, si es que puedes, recordarás esa mentira que le estás ocultando y que no te deja vivir.
Si por el contrario decides confesar enseguida, te sentirás un poquito mejor por haber soltado la carga, pero te va a caer la del pulpo.
Complicado…
¿Es necesario contar las infidelidades?
Te ruego que apeles a la sensatez…
Cuando cuentas que has sido infiel es porque la culpabilidad te está matando por dentro, normalmente.
No decides ser sincer@ para hacer bien a la otra persona, estás pensando únicamente en ti, igual que cuando hiciste esto tan malo de lo que estamos hablando.
El sentimiento de culpabilidad es tan enorme que al confesarte te sientes un poquito mejor. Tú te sientes un poquito mejor, pero has liado la de San Quintín y vas a morir.
Piensa antes de tomar ciertas decisiones.
Al igual que te contaba más arriba, estaría bien que todo funcionase de acuerdo a los códigos establecidos.
Y de estas cosas se habla siempre que se empieza una pareja: que si eres fiel, que si te gustaría que te lo contaran, que si podrías perdonarlo…
¿Quién no ha empezado una relación planteando estas cuestiones tan morbosas?
Pues si en su momento te dijeron que te callases la boca si se te escapaba una infidelidad, ¿para qué lo confiesas?
Lo confiesas porque así tú te sientes mejor.
- Si en su momento quedó claro que las infidelidades te las tenías que quedar para dentro
- y a pesar del desliz quieres seguir conservando a tu pareja…
- tendrás que dejarte la infidelidad para dentro.
Si lo que quieres es aprovechar la infidelidad para que te manden a tomar viento porque no tienes la valentía de hacerlo de otra manera, entonces cuéntalo y todo arreglado.
Lo gracioso va a ser como te perdonen sin más y tengas que buscar otra excusa para acabar con la relación.
Sí, yo tampoco lo entiendo, pero hay mucha gente que hace estas cosas…
En mi caso concreto, la infidelidad no es algo que me atormente, así que en mis códigos de pareja queda claro que prefiero un infiel sincero que un “fiel” mentiroso.
Como a mi no me afecta demasiado, quiero saberlo para conocer mejor a mi pareja y sostenerla en base a la honestidad absoluta.
Como sé que puedo gestionarlo, prefiero tener toda la información y decidir si me sigue interesando comprarla o no.
Si a ti te han dicho que te lo calles, cállatelo y aguántate con la culpabilidad.
Tú decides qué tipo de pareja quieres a tu lado.
No eres una persona mentirosa por callarte algo que te han dicho que te calles, pero sí eres una persona egoísta por contar algo que la otra persona no quiere saber, sólo para tú sentirte mejor.
Ser infiel por decisión propia
Sé que mi visión de este tema es particular.
La primeras veces que fui infiel no entendía bien el porqué y tampoco le daba demasiadas vueltas.
Era algo que había pasado y punto. No era importante. Yo amaba a mi pareja y no tenía ninguna intención de terminar con la relación.
Cuando se volvió a repetir, empecé a plantearme la posibilidad de que tuviera que ver con carencias en la pareja que tenía. Pero tampoco era capaz de identificar muy bien el “problema”.
Simplemente era una respuesta que me venía fenomenal en ese momento y que hacía que me sintiese mejor.
Prácticamente ninguna de las veces que he sido infiel he tenido sentimiento de culpabilidad.
No me preguntes porqué.
Supongo que como tenía tan claro que quería seguir con mi pareja era mejor no hacerse demasiadas preguntas.
Aunque a mí también me enseñaron que eso de la infidelidad era lo peor que podías hacerle a tu pareja, he tenido tendencia a hacer lo contrario a lo que me decían que tenía que hacer…
Saliéndote del camino que te marcan siempre encuentras cosas interesantes. Y eso pasa en todas las áreas de la vida.
¿Estás tomando tus propias decisiones o eres esclavo de lo que te han dicho los demás?
No es que haya que ir a contracorriente para dar por saco, es que creía de verdad que no era para tanto.
La imposición no la he entendido nunca.
Ser infiel por decisión propia implica que, en mi caso, no eran calentones del momento.
En mi caso eran situaciones premeditadas y totalmente voluntarias y conscientes.
En mi caso no era un instinto irrefrenable que no puedes evitar. Pocas veces he tenido esa sensación. En mi caso era incluso buscado, en varias ocasiones.
¿Es posible tener relaciones sanas siendo infiel?
Creo con toda seguridad que sí que es posible desde el momento en que la otra persona sabe cómo eres y lo acepta.
La fidelidad forma parte de nuestra educación como sociedad, como tantas otras cosas.
Puede estar mal visto por los demás, pero no para todo el mundo los valores son los mismos.
He tenido parejas muy fieles con las que ha sido imposible el entendimiento. Personas cuyo principio fundamental en una relación era la fidelidad y que no han sido capaces de aportar mucho más.
¿Para qué quieres una persona fiel con la que no te entiendes?
He tenido parejas que me han sido infieles y, además, me han engañado. Esas parejas que aún sabiendo que tú quieres saberlo porque eres capaz de perdonarlo, deciden guardarlo para que sigas pensando que no tienen defectos.
Por orgullo y por ego, en ningún caso para hacerme bien a mí.
Y he tenido parejas con las que he tenido la posibilidad de hablar abiertamente del tema desde la aceptación, y con las que una infidelidad no ha sido más que una excusa para hacer más ajustes en la pareja con el fin de entendernos mejor.
- ¿No es sana una pareja que sabe cómo es totalmente la persona con la que va a compartir una parte de su vida?
- ¿No es sana una pareja que tiene la valentía de hablar libremente de cosas tan difíciles?
- ¿No es sana una pareja que acepta a la otra persona con sus luces y sus sombras?
El porqué de la infidelidad y cómo aceptarlo
En este apartado sólo puedo hablarte de mi caso concreto.
A pesar de que las primeras veces que fui infiel no estuve atormentada por ello, con el paso de los años me empezó a preocupar y me hacía continuamente las siguientes preguntas:
- ¿Por qué me pasa esto?
- ¿Por qué soy infiel independientemente de que esté bien o mal con mi pareja?
Lo que en un principio no me causaba ningún problema, empezó a dar vueltas y vueltas dentro de mí.
Era un tema recurrente en la terapia a la que acudía en ese momento, y poco a poco me empecé a atrever a contárselo a las amigas más allegadas.
Lo bueno de las grandes amigas es que no te juzgan. Te escuchan y te dan su cariño, aunque lo que estés haciendo no les parezca bien.
Mi gran revelación
Sólo en una de las ocasiones en las que he sido infiel, he tenido algo parecido a sentimiento de culpabilidad.
Ese día fue como una gran revelación para mi. Ese sentimiento me hizo darme cuenta de muchas cosas.
Amaba a mi pareja, quería continuar con la relación. Todo nos iba aparentemente bien y, sin embargo, allí estaba yo buscando por otro lado.
Ese día era diferente. Ese día me vi claramente desde fuera, buscando algo por mí misma, sin haber habido una previa intención por la otra parte.
Lo normal para mí era dejarme llevar por las intenciones de otros, no ir directamente a buscar nada y tirarme a la piscina.
Siempre aguardaba a que la otra persona diese el paso, ¡que yo tenía novio!
Pero esta vez fue diferente. Aquel chico no había manifestado el más mínimo interés por mí y yo fui la que lo buscó.
Al día siguiente abrí los ojos.
¿Cómo no había sido capaz de darme cuenta antes?
- Si estaba bien con mi pareja,
- quería seguir con ella,
- todo en mi vida estaba aparentemente tranquilo,
- y además ese chico no me había provocado…
¿A qué se debía mi comportamiento?
En las ocasiones anteriores había conseguido encontrar una justificación fuera de mí, pero esta vez no la había.
Esta vez había que profundizar un poco más y por fin encontré la respuesta:
¡Había estado años buscando fuera lo que yo no me podía proporcionar por mí misma!
Mi amor propio y mi autoestima eran tan bajos que consideraba mi valía en función de la cantidad de hombres que se fijasen en mí.
Cuando la dosis que recibía mi ego era consumida, había que salir a buscar más dosis. No era suficiente con tener una pareja que me quisiese.
- A más hombres que me quisiesen, más valía yo.
- A más hombres que me quisiesen, más crecía mi ego.
- A más hombres que me quisiesen, menos esfuerzo tenía que hacer por quererme a mí misma.
Cómo dejar de ser infiel si es lo que quieres
Yo no es que quisiese dejar de ser infiel, lo que quería era dejar de necesitarlo para sentirme valiosa.
Ahora tenía respuestas y podía trabajar en función de ellas.
Si conseguía mejorar mi autoestima, sería capaz de solucionar esto que había empezado a ser un problema para mí.
No un problema de pareja, sino un problema interno que no conseguía entender.
Yo sabía que no era tan simple como pensar en atracción sexual ni nada por el estilo, yo no necesitaba acostarme con nadie, sólo quería su atención.
Sólo quería sentirme deseada continuamente, sin necesidad de tener que acabar en la cama con nadie. Esto podía producirse o no, pero mi ego se quedaba tranquilo sólo con el juego de la seducción.
Puesto que en mi caso, la infidelidad me estaba generando conflictos internos al haberme dado cuenta que se debía a mi falta de autoestima, quise trabajar para solucionarlo.
Mis esfuerzos durante muchos años, se han dirigido a intentar comprender mis sombras, aceptarlas e intentar cambiarlas si no me ayudaban a evolucionar.
Sigo sin creer en la fidelidad
Sin embargo, no quiero que te confundas. No creo en la fidelidad.
La fidelidad para mí es tratar de alcanzar la perfección, traicionándose a una misma.
Cuidado, la gente que es fiel sin que le suponga un esfuerzo porque le nace de forma natural, no está traicionando nada, no me entiendas mal.
Hablo de la gente como yo que a veces ha sido infiel. Hablo de la gente a la que le resulta muy complicado no sucumbir a estas situaciones.
Hablo también de la gente que decide tener relaciones sexuales con varias parejas, de forma voluntaria, porque quiere y le apetece, sin conflictos internos de ningún tipo.
No creo que la fidelidad tenga que ser un dogma establecido que hace que las personas infieles seamos bichos raros, feos y asquerosos.
Creo también que como ninguna persona es perfecta, una infidelidad puntual no debería acabar con una relación que marchaba bien.
Tengo que reconocer que yo logré superar mi problema con la infidelidad porque se trataba de algo más profundo que la simple atracción sexual.
Si estuviésemos hablando sólo de atracción sexual, posiblemente seguiría comportándome de la misma manera.
No veo tan malo que cada persona pueda dar rienda suelta a sus instintos, honestamente y sin engañar a nadie.
Aunque hace mucho que no soy infiel, me sigo considerando una persona infiel.
Porque ahora que me quiero, que me respeto y que entendí lo que pasaba, puede ser que algún día me apetezca acostarme con alguien que no sea mi pareja, porque me de la gana.
Si mi pareja lo sabe y lo acepta, entra a formar parte de una decisión conjunta que no tendría que suponer grandes problemas, ni juicios por nadie que no sea mi pareja.
Como yo ya he estado en este otro lado, cuando he sido la “cornuda”, he entendido de dónde podía venir ese comportamiento.
Quizá era una falta de amor propio o quizá era simplemente una persona a la que le había apetecido hacer eso en ese momento, sin más.
Cuando he tenido que pasar por una infidelidad por la otra parte, una infidelidad confesada después de establecer nuestros códigos de pareja, no he tenido ningún trauma serio.
¿Que si me ha dolido? Por supuesto. Me dolió el ego, y mucho. Recuerda que a mí también me educaron para que la infidelidad me doliese.
El alma no me dolió nada, era sólo el orgullo.
Mi alma estaba en paz de estar con otra alma libre, que era capaz de mostrarse abiertamente conmigo para construir una relación en la que las dos partes pudiesen decidir qué querían.
Me dolió el orgullo, necesariamente, porque para eso fui educada.
Pero cuando recapacité y recordé lo que quería, quién era y cuánto había aprendido, no hubo ningún problema con ese “desliz”, por ponerle una etiqueta.
Lo único que me preocupa de la infidelidad es el hecho de saber que supone un intercambio de energía importante. Pero esto daría para otro artículo.
Dicen que cuando te acuestas con alguien, esas energías que se juntan, se juntan para siempre, aunque sólo sea un poquito.
Llevas encima un trocito de cada persona con la que te acuestas, y eso sí que es para tenerlo en cuenta.
Por lo demás, le damos demasiadas vueltas al tema “cuernos” y no merece la pena romper parejas por situaciones puntuales que no tienen que ver con la pareja en sí.
5 Claves para conocerte a través de la infidelidad
Gracias a mis infidelidades, conseguí aprender mucho de mi misma. Eso es lo bueno, que consigas extraer grandes aprendizajes de cosas que parecen malas.
¿Qué aprendí de esta situación?
– Clave 1: NADIE TE VA A DAR LO QUE NO PUEDES DARTE TÚ
Puedes buscar en toda la Vía Láctea y jamás encontrarás fuera lo que no tienes dentro. Si no te quieres y no te respetas, eso es lo que vas a tener fuera.
Si te das cuenta de que necesitas amor, cariño y atención, date amor, cariño y atención a ti mismo. Sólo tú vas a poder abastecerte de aquello que necesita tu alma.
– Clave 2: LA HONESTIDAD POR DELANTE
Cuando eres capaz de comprender que algo no marcha bien y aceptas lo que está pasando, sé honest@ contigo. Si eres capaz de verte desde la honestidad, esa honestidad tienes que ponerla también en los demás.
No es necesario que te pintes en la frente la palabra “infiel”, pero a tu pareja le interesará saber que es una cosa que puede pasar.
– Clave 3: NADIE ES PERFECTO
No eres infiel porque seas mala persona, eres infiel porque todo el mundo se equivoca. Si estamos hablando de los casos en los que eso se considera una equivocación, claro.
– Clave 4: APROVECHA LAS SITUACIONES DOLOROSAS PARA APRENDER ALGO DE ELLAS
Si la infidelidad te está provocando algún tipo de conflicto, intenta buscar el porqué y aprender de ello. Es la única manera de que las cosas que te duelen te sirvan para algo bueno.
– Clave 5: CUESTIONA LO ESTABLECIDO, SIEMPRE QUE NO RESUENE CONTIGO
¿La fidelidad es verdaderamente importante para ti? ¿Quién va a responder, tu alma o tu ego?
Si la fidelidad es importante sólo porque te han dicho que es importante, está hablando tu ego.
Tu alma quizá entiende que las personas no son perfectas y que además, siendo imperfectas, son libres para decidir qué tipo de relación quieren en su vida, aunque no se adecue a los patrones establecidos.
Cómo afrontar la infidelidad y superar los cuernos
A veces, las personas para las que es importante la fidelidad tienen más conflictos internos que las que son infieles.
Cuando nos ponen los cuernos, primero pensamos en lo hijo de p… que es nuestra pareja y luego pensamos en qué será lo que hemos hecho mal y en qué le ha dado esa otra persona que no le he dado yo…
Aquí entra a jugar la misma autoestima de la que hablábamos antes. Por no hablar del miedo al qué dirán…
Entre el “qué dirán”, el “qué tiene esa que no tengo yo” y el “vas a sudar sangre hasta que esto se me olvide”, nos metemos en un bucle que no pinta nada bien.
Recuerdo un día, hace muuchíiiiiiisimos años, cuando me pillaron en un desliz. Fue un besito tonto, pero me pillaron.
Cuando hablaba con mi pareja del tema, estaba desesperada. ¿Cómo podía solucionar aquello?
¡Era imposible! ¡Sentía que mi vida se había acabado!
No era sentimiento de culpa, era impotencia por no saber manejar la situación y por pensar que jamás sería perdonada por la persona con la que quería estar.
Mi pareja, bastante más comprensiva que yo, se comportó de manera sorprendente. Aunque estaba muy enfadado y decepcionado conmigo, me vio tan destruida que al final acabó consolándome él a mí.
Conseguimos superar aquello porque los dos nos queríamos mucho y no merecía la pena darle vueltas a la situación.
Nos perdonamos de verdad, de corazón. Y no hubo reproches ni desconfianzas.
¿Cuántos casos de infidelidades conocéis así?
Si tu pareja te ha sido infiel y quieres superarlo, escucha bien lo que te voy a decir:
- Intenta comprender qué os ha llevado a esa situación.
- Sentaos a hablar largo y tendido, no vale con hacer ver como que no ha pasado nada.
- No pienses nunca que se ha ido con otra persona porque tú no vales lo suficiente. Lo más probable es que no sea un problema de pareja, sino algo suyo.
- Si es un problema de pareja, estaría genial pedir ayuda y poneos en manos de alguien más profesional que os haga ver las cosas de otra manera. Las relaciones íntimas pueden mejorar mucho si alguien te ayuda en el camino.
- Si quieres seguir con esta persona, tendrás que ser capaz de perdonar desde el corazón. A partir de ahí, nada de reproches.
- Cada vez que esto te atormente, piensa si merece la pena preocuparse por algo así, con la de problemas que hay en el mundo. No dramatices ni exageres más de la cuenta, no te hace bien.
Conclusiones
El tema de la infidelidad es un tema muy controvertido.
Lo sé, ahora tienes sentimientos encontrados.
Que quede claro que no defiendo la poligamia, ni justifico los cuernos a diestro y siniestro, ni eso del poliamor es para mí.
Lo que sí defiendo es la libertad y el respeto.
Podíamos dejar de juzgarnos unos a otros y dejar que cada pareja construya su relación como quiera.
Si quieres ser infiel cada vez que te venga en gana, no busques una pareja que necesite tu fidelidad.
Si necesitas la fidelidad, no te vayas con alguien que sabes que te la puede desmontar en cualquier momento.
Seamos un poco coherentes.
Yo no creo en la fidelidad, me parece bien que podamos acostarnos con otras personas si nos apetece.
No me gustaría que esta fuese la tónica general de mis relaciones, porque ese es otro tema, pero entiendo y acepto que pueda pasar como algo puntual y no me afecta.
Sí, eso he dicho: no me afecta.
No quiero estar con nadie que tenga que estar reprimiéndose todo el tiempo, pero tampoco quiero estar con alguien que se acueste con una tía diferente cada mes.
Pero eso es lo que yo quiero y así lo manifiesto para que no haya malos entendidos.
Sea lo que sea lo que tú quieres, si está bien para ti, no te dejes llevar por lo que está bien para los demás. Toma tus propias decisiones, responsabilízate de ellas y vive conforme a tus propios principios.
Que nadie te diga lo que está bien o está mal.
Busca el tipo de pareja que se complemente contigo desde la honestidad para poder construir una relación sana.
Yo te cuento mi experiencia, pero relaciones hay miles y formas de vivir tu vida también.
Agradezco a todos los sucesos complicados que he tenido que soportar, porque gracias a todo eso soy un poco más yo.
No tengo miedo a manifestar lo que soy y lo que quiero. A quien le guste, bien, a quien no le guste, no pasa nada, respeto absoluto.
Quien te quiera, que te compre como eres.
No se trata de acostarse con todo el mundo a la ligera, por lo que te decía antes del intercambio de energías, se trata de aceptarnos como somos y cambiar las cosas que no nos gustan.
Si nosotros sanamos nuestras sombras, podremos construir relaciones sanas.
Las personas que son infieles, no son personas insanas necesariamente. Una persona tiene que sanar cuando su comportamiento le genera conflictos internos.
No hay que solucionar cosas porque sea lo que esperan los demás, por lo tanto:
- Acéptate como eres
- Cambia lo que no te va bien
- Construye relaciones sanas desde el más profundo amor por ti mism@.
Si sientes miedo a ser una persona auténtica, te invito a que te revoluciones conmigo desde mi Instituto.