Segundo artículo de la serie «¿se puede cambiar el mundo?». En el primero hablé sobre tu relación con el dinero, y esta vez voy a abordar otra energía que influye mucho en tu calidad de vida: tu energía vital.
Quizá desde que te levantas hasta que te vas a dormir sueles ir en piloto automático a todas partes, y a veces sientes:
- Bloqueos
- Estrés
- Inseguridad
- Falta de confianza
¿Me equivoco? Todo esto en realidad lo digo por mi propia experiencia…
Quizá no sabes por qué te sientes así, pero es probable que sea por un problema de hábitos.
Si bien ya escribí un artículo sobre la importancia de crear hábitos saudables, esta vez toca darle un enfoque distinto.
Imagina por un momento que empezaras el día con mucha más energía. Además, eres capaz de te mantenerte a pleno rendimiento durante horas, haciendo lo que de verdad quieres hacer y que va a causar un gran impacto en tu vida.
Si normalmente descansas poco o comes lo primero que pillas para desayunar, no tendría sentido que sigas haciendo lo mismo.
Pero lo sigues haciendo, ¿no?
Tu energía vital y por lo tanto tus ganas de hacer cosas caen en picado a media mañana o por la tarde.
¿Cómo recargar las pilas? Mucho más sencillo de lo que parece: siendo consciente de que tú eres el responsable de recargarlas.
El único secreto para sentirte lleno de energía a lo largo del día es cultivarla en los 3 planos de nuestra salud:
- Salud física
- Salud mental
- Salud emocional
No voy a hacer distinciones en cómo mejorar una u otra, porque cuando mejoras una, las demás también lo hacen de forma colateral.
¿Cómo recargar energía? Primero conócete a ti mismo
Hace unos años solía dormir 6 horas o menos al día y me levantaba sin ganas de ir a la universidad.
Además, me encantaba comer bollería industrial por lo que, incluso siendo deportista, me alimentaba de mucha comida basura.
Por aquel entonces, corría los 100 y 200 metros lisos, y uno de mis puntos débiles eran las lesiones.
Llegué a participar en varios campeonatos de España, pero me rompí 3-4 veces el bíceps femoral.
Como era un cabezón, quería competir sin estar recuperado del todo, y arrastré durante años molestias en ese y otros músculos.
Nunca me recuperé del todo.
Si te ha pasado, imagino que sabes lo jodido que es… No me sentaba nada bien descansar poco o alimentarme de porquería.
De hecho, no estaba escuchando a mi cuerpo, y eso me dejó hecho polvo emocionalmente.
Los errores son aprendizajes y, al final, el tiempo te da experiencia. Hoy conozco mucho mejor a mi cuerpo que hace unos años, y he aprendido a dar a este maravilloso vehículo el combustible que me pide.
[bctt tweet=»Tu cuerpo es un vehículo, dale el combustible que te pide.» username=»RutaKaizen»]
No creo que haya nada más importante en la vida como conocerse a uno mismo.
No voy a ser yo el que te venda el método definitivo probado científicamente (algo que está de moda). La filosofía de mi proyecto es compartir desde mi propia experiencia, nada más.
Puedes pasarte años leyendo sobre coches, que si no conduces uno nunca aprenderás a conducir.
No te creas nada de lo que leas, oigas o veas. Prueba lo que lees, si te sirve fantástico pero si no, sigue probando para descubrir tu verdad.
Como dijo Confucio «me lo contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí».
Quizá te estás preguntando: ¿y qué tiene que ver todo eso con cambiar el mundo?
Mucho, ya que si tienes más energía, te empoderas y te sientes más vivo.
Como resultado, tienes muchas menos razones para quejarte de tu situación. Dejas de culpar a tu familia, tu entorno o la sociedad, y empiezas a asumir la responsabilidad de tu toma decisiones y de la interpretación de tus circunstancias.
Aquí tienes las mejores formas, según mi propia experiencia, de cultivar tu energía vital para llegar a ser tu mejor versión.
5 formas útiles de cultivar tu energía vital
[bctt tweet=»5 formas útiles de cultivar tu energía vital» username=»RutaKaizen»]
Meditación
Cuando algunas personas escuchan la palabra meditación creen que tiene que ver con el budismo o el hinduismo y automáticamente la rechazan. Por suerte, son una minoría.
Otras ya la han probado, pero no tienen continuidad porque «cuesta mucho».
Para acabar, otra minoría la practica a diario porque le sienta bien para su vida.
No importa en qué grupo de estos te encuentres. Primero de todo, ¿qué es la meditación?
Como todo concepto ambiguo, vamos a dejar claro qué NO es la meditación:
- No es una corriente religiosa
- No una creencia
- No es una corriente de pensamiento o filosofía
Desde mi punto de vista, la meditación sencillamente forma parte de la vida.
Si meditas (de cualquier forma) puede que uses esos momentos del día como «válvula de escape», y aunque te viene algún pensamiento que otro lo dejas ir.
O no, pero si te obsesionas con un pensamiento puede acabar desembocando en una cadena de ellos, o en una emoción: tristeza, miedo, ansiedad, etc.
Practicar la meditación está genial, pero debe estar ligada a la vida, no ser un motivo para dejar de atender el momento presente.
Si sigues abordando tus problemas con un pobre diálogo interno (es decir, machacándote a ti mismo), seguirás cayendo en la trampa de identificarte con tus pensamientos y emociones.
Lo que pretende la meditación es precisamente que te desidentifiques.
En lugar de ello, atiende al momento presente, el único instante que existe. El futuro es incierto y el pasado es, valga la redundancia, pasado. Por lo tanto, sólo tienes el aquí y ahora.
No te confundas: no te digo que olvides el futuro o que no tengas objetivos, si no que seas más consciente de las decisiones que tomas en tu día a día.
Puedes empezar a meditar 10 minutos por la mañana y 10 minutos por la noche. Simplemente observa tu respiración.
Traslada esa sensación de consciencia mientras te bebes una cerveza, cuando hablas con una amiga o al hacer ejercicio.
Hagas lo que hagas, intenta dirigir tu atención al momento presente y no te boicotees si tu mente se va a Pequín.
Acéptate, estás aprendiendo.
Dominar los pensamientos, las emociones y la mente es un trabajo que puede llevar toda la vida. Pero si estás en ello, vas por buen camino 🙂
Alimentación
Como decía en la introducción de este artículo, ni pretendo ser dogmático, ni imponer mi verdad. De hecho, llevo un tiempo haciendo algunos experimentos en mi alimentación y todavía no sé cómo gestionar este pilar tan importante.
Como en todo, es importante escuchar a tu cuerpo y ver cómo responde según lo que te lleves a la boca.
Durante los últimos meses sí he podido contrastar algunas verdades:
- Mi ritual de comer una pizza los viernes noche me quita energía.
- La bollería industrial y todo lo que lleve azúcares refinados también lo hace.
- Frutas como el aguacate y las verduras en general dan mucha energía.
Aunque estoy probando cosas, todavía no puedo sacar muchas conclusiones.
Si te soy sincero, todavía no he probado ni la famosa dieta paleo, ni la vegana, ni ninguna de esas.
Más allá de temas morales (que eso merecería otro artículo), está claro es que hay alimentos que te dan energía y otros que te la quitan, y a mí la carne me da mucha energía.
Tampoco descarto en algún momento probar de sustituir una parte o todo mi consumo de carne por otros alimentos que me aporten las proteínas y los nutrientes que necesito.
Como soy bastante inexperto y estoy en pañales en este sentido, si quieres puedes compartir tu experiencia en el ámbito de la alimentación abajo, en los comentarios.
Así todos aprendemos de todos 🙂
Ejercicio
Desde que tengo uso de razón soy deportista, y cuando por cualquier motivo estoy días o semanas sin moverme, mi estado de ánimo cae en picado y acabo en el pozo.
Es más, en el día a día noto cuando he hecho algo de ejercicio o nada. Y es que con sólo 5 minutos de ejercicio, los resultados en tu energía vital pueden ser estratosféricos.
De hecho, puedes pasar de un día de perros a un día de puta madre.
Cuando tengo poco tiempo, uso la fórmula de Pete Cerqua de 2 ejercicios pliométricos de 90 segundos manteniendo la postura:
- De espaldas a la pared con las rodillas flexionadas, simulando estar sentado.
- Boca abajo en el suelo, usando los brazos para sostener el peso de tu cuerpo, sin flexionar brazos (puedes hacerlo ligeramente, método pro).
Necesitas menos de 5 minutos para hacer esta rutina, así que fuera excusas.
De todas formas, lo que personalmente me da una energía alucinante es el yoga, en concreto la disciplina Ashtanga Vinyasa.
Es muy exigente, pero los beneficios que estoy experimentando son incontables.
Hace poco empecé a combinarlo con la escalada, porque siempre me pareció un reto y porque crea muchas sinergias con el yoga.
Ambas cosas no sólo me ayudan en el tema físico, si no también hacen que baje el ritmo de mis pensamientos y me focalice en lo que estoy haciendo.
Prueba, descubre qué tipo de ejercicio o deporte le sienta mejor a tu fisiología y a tu estado de ánimo y decide por ti mismo.
Haz lo que quieras pero muévete, tu cuerpo te lo pide.
[bctt tweet=»Haz lo que sea pero muévete, tu cuerpo te lo pide.» username=»RutaKaizen»]
Contemplación
Puede sonar estúpido. ¿Contemplar el qué?, te preguntarás. Desde hace un tiempo estoy saliendo de vez en cuando a pasear sin ningún rumbo. Simplemente para contemplar a las personas, a mi alrededor. Si me apetece, me siento en un banco del parque de al lado de mi casa a ver la vida pasar.
Suelo estar entre 15 y 30 minutos y me sirve sobretodo para despejar la mente.
¿Cuantas veces observamos lo que tenemos a nuestro alrededor?
Cuando viajas lo haces continuamente, pero cuando estás en tu rutina diaria, nunca.
Si lo pruebas alguna vez te darás cuenta de cosas alucinantes que nunca antes habías visto. Por otro lado, también comprobarás lo difícil que es estar presente sin pensar en tus cosas.
El objetivo de esto es que seas más consciente de todo lo que te rodea y que te dejes sorprender por la vida.
No es necesario que te vayas a un parque. En el mismo trayecto de autobús, tren o mientras caminas dirección al coche o la moto, observa lo que hay a tu alrededor.
Aunque la contemplación está relacionada con la meditación, no es exactamente lo mismo.
Con la meditación escuchas a tu mundo interno, y con la contemplación trabajas desde dentro hacia afuera.
Si combinas ambas, el resultado es la caña.
Descanso
No es necesario que me enrolle demasiado en este punto. Pero te voy a contar el sistema que llevo implementado desde hace años para irme a dormir y levantarme fresco como una rosa.
Cuando era adolescente, debido a mi desequilibrio en las horas de sueño, me obsesioné con la idea de dormir mejor.
En mis investigaciones descubrí que los ciclos del sueño duran 1:30h de media. No quiero ponerme muy científico, pero para resumir los ciclos constan de 4 fases o etapas:
- Fase 1: Sueño ligero, ojos y músculos apenas se mueven. Duración: de 30 segundos a varios minutos.
- Fase 2: La actividad cerebral se ralentiza, dura de 45 minutos a una hora.
- Fase 3 y 4: Apenas hay movimiento y es muy difícil despertarnos. Dura 20-25 minutos.
- Fase 5 ó REM: Etapa onírica (sueños), con una respiración acelerada y un movimiento de ojos continuo (Rapid Eye Movement). Dura 10-15 minutos.
Si te despiertas (o te despiertan) bien entrada la fase 2, 3 ó 4, es cuando te levantas con malestar y estás toda la mañana hecho polvo.
He perdido la cuenta de los años que llevo durmiendo múltiplos de 1:30h. Aunque no siempre lo consigo, porque calculo media hora más desde que me acuesto hasta que me duermo pero a veces el sueño llega más tarde.
De todas formas, me siento mucho mejor cuando duermo 6, 7:30 ó 9 horas, que 7, 8:30 ó 10, por ejemplo.
Esto es algo que yo he verificado con mi propia experiencia. En cuanto a ti, experimenta y saca tus propias conclusiones.
Por lo general, si duermes menos de 6 horas es difícil que te sientas con energía para afrontar el día. Aunque siempre puedes jugar con los ciclos de 1:30h y dormir en función de ello para levantarte en fase de sueño ligero.
Entonces, ¿cómo se cambia el mundo?
Cambiando tu mundo interior. Cuando tienes más energía vital automáticamente ganas autoestima y confianza, en ti y en la vida.
Esto repercutirá no en que el mundo cambie, si no en que tú cambies tu percepción del mundo, recordando que lo importante es lo que está en tu ámbito de influencia (lo que depende de ti cambiar).
Por ejemplo, ¿depende de ti elegir bien tu alimentación, hacer ejercicio y dormir cada día lo que tu cuerpo necesite? Sí.
Otro ejemplo, ¿depende de ti que tus padres o la sociedad apruebe lo que haces? No, el que te aprueben o no no es cosa tuya. Lo que sí es cosa tuya es conseguir tu propia aprobación.
¿Sabes qué pasa si rechazas a tus padres o a la sociedad por como es?
Que estás rechazando una parte de ti.
Recuerda que tú eres el responsable de tomar tus propias decisiones y de cómo interpretas la realidad. Así que empodérate, llénate de energía y verás como las cosas cambian.
**********
¿Como vas de energía vital? ¿Usas a menudo estas 5 formas? Cuéntamelo abajo en los comentarios 🙂
Si el artículo te gustó y te resultó útil, compártelo por las redes sociales con los botones de abajo.