Nota: No soy médico ni psicólogo. Si estás atravesando una depresión severa, acude de forma inmediata a un profesional de la salud mental (si no lo haces ya). Lo que vas a leer a continuación es sólo mi experiencia personal.
Vivimos bombardeados con imágenes y mensajes que nos proyectan una vida ideal tipo «ponte en forma en 21 días» o «el método definitivo para conseguir tus objetivos».
Pero también mucho «crea tu negocio en un mes» o «sé un nómada digital y vive viajando».
¿Y qué pasa si no me creo ni hago caso a esos mantras?
Cada vez tengo más claro que el camino del autoconocimiento es el único que te liberará del sufrimiento.
De hecho, en este artículo quiero hablarte de algo con lo que estoy familiarizado: la depresión.
Un tema tabú donde los haya en una sociedad acostumbrada a los casos de éxito y a poner el foco en los objetivos.
En realidad todo eso está genial, pero no porque le sirva al vecino te tiene por qué servir a ti. Y menos en momentos de crisis existencial.
Como es complicado encontrar experiencias personales sobre este tema, voy a hablarte de la mía al salir de una depresión.
Aclaración
Lo que vas a leer aquí no es el método definitivo para superar una depresión según la ciencia.
Los estudios científicos o psicológicos pueden servirte siempre que compruebes tú mismo lo que proponen.
Aunque si sólo lees artículos científicos y automáticamente te crees lo que dicen, mal vamos.
De hecho, en este momento de la historia estamos viendo cómo para muchos la ciencia se está convirtiendo casi en una religión, donde muchos se creen todos los estudios científicos sin tener en cuenta los sesgos y las variables.
Aunque eso merece otro artículo aparte.
Como decía, en este artículo encontrarás sólo mi experiencia personal en la última depresión que he vivido.
También puedes llamarlo crisis existencial, si quieres, pero esta última fue intensa.
En varios momentos de mi vida ya viví episodios de este tipo, todos por una sensación interna de vacío, de no encontrar mi sitio, de no encajar en mi entorno social y familiar.
Es más, empecé a viajar por el mundo porque esa sensación me perseguía a todas partes y quería conocerme a mí mismo.
A veces la sensación incluso asomaba la cabeza mientras estaba de viaje.
Sí.
Incluso al regresar a Barcelona después de estar un año viajando en solitario por otro continente.
Después de investigar y viajar por el mundo durante años, me di cuenta de que la dinámica de mi mente tiene que ver con unos patrones que se repiten en muchísimas personas con las que interactúo.
Es por eso que quiero compartir contigo algunas claves antes de pasar a contarte mi propia experiencia:
Habla con alguien de confianza
A veces, nos encerramos tanto en nosotros mismos que nos cuesta salir a relacionarnos con otras personas.
No me refiero a que le cuentes a cualquiera tu vida, pero sí que te atrevas a abrirte con alguna persona de confianza, alguien que te escuche.
A veces, o no tenemos a nadie a nuestro alrededor o nos cuesta encontrar a esa persona, por eso vuelvo a remarcar la importancia de hablar con un profesional de la salud si sientes que no sales del hoyo.
En mi caso personal sólo puedo trabajar con personas cuyos síntomas sean leves. Si es así, escríbeme.
Muévete aunque sólo sea para andar
Si te quedas encerrado todo el día en casa acabarás sintiéndote cada vez peor. Por lo tanto, el mejor favor que puedes hacerle a tu cuerpo y a tu mente es salir a pasear y tomar el aire.
Cuando estamos tristes, con ansiedad o deprimidos, tenemos la tendencia a encorvar nuestra postura por lo que respiramos peor y se inflaman los vasos sanguíneos de nuestro cuerpo y cerebro, provocándonos malestar.
En cambio, al caminar tu cuerpo se oxigena por lo que permites que la sangre fluya.
Eso significa no sólo que tus pulmones se llenan de aire fresco, sino que los vasos sanguíneos de tu cerebro se desinflaman y, por lo tanto, la depresión puede reducirse.
Nútrete de comida real
Uno de los cambios más importantes que he hecho en mi vida es el de los hábitos de alimentación.
Hasta los 22-23 años solía comer mucha comida precocinada con harinas y azúcares refinados. Hasta que, con el tiempo, con pequeños cambios me di cuenta de que me sentía mucho mejor física y mentalmente.
En resumen, sólo con cambiar algunos alimentos procesados por alimentos reales (bollería industrial por semillas y/o frutos secos), tus estado mental y emocional lo notará.
Escribe sobre tu mundo interior
Otro hábito que marcó un punto de inflexión en mi vida fue el de escribir.
Cuando plasmas tus pensamientos en palabras, te desidentificas de ellos. Por eso se le llama escritura terapéutica.
Es algo que se recomienda no sólo a personas que van a terapia, sino a todo el mundo para conocerse mejor y aceptarse.
No esperes que cambie lo de fuera sin cambiar tu perspectiva
Con depresión puedes culpar de cómo te sientes a tus circunstancias:
- Mis padres no me aceptan/entienden.
- No tengo buenos amigos
- Mi trabajo es una mierda
- …
Viendo las cosas con perspectiva, en mi caso personal aquel año que pasé en Barcelona al volver de viajar en solitario por Asia fue uno de los mejores de mi vida.
Te digo esto teniendo en cuenta que estaba atravesando lo que en su momento interpreté como una depresión de caballo.
No creo que el mío fuera un caso severo (no fui a un psicólogo para que me diagnosticara), pero voy a contarte la historia de cómo cambié mi forma de ver a la depresión.
Mi vuelta a «la realidad»
Noviembre de 2015, aterrizo en Barcelona después de pasar 11 meses viajando solo por Asia.
Todo va mejor de lo esperado, ya que la relación con mis padres está bien y mis amigos parecen interesados en las anécdotas del viaje.
Pasan los días, las semanas, y aquella sensación de novedad desaparece, algo que era de esperar.
Vuelta a la rutina pero no a una cualquiera, ya que me propuse que mi blog generara ingresos suficientes como para vivir viajando.
El sueño de muchos.
De esa forma, podía largarme a América o India, dos viajes que quería hacer sí o sí.
Por lo que, a lo largo de ese año que pasé en Barcelona (casi todo 2016), tomé varias decisiones importantes:
5 decisiones que me ayudaron a salir de una depresión
Unirme a un grupo Mastermind en Barcelona con el que crear sinergias y crecer más rápido
Reunirme periódicamente con personas dirigiendo proyectos de madurez parecida al mío fue muy enriquecedor.
Tener un grupo Mastermind es un acelerador de proyectos.
Por un lado me di cuenta de que no estaba solo en Barcelona con esto del blogging, y además nos fijamos unos objetivos más o menos en común para comprometernos.
Al principio las cosas iban genial, surgieron buenas ideas para mi proyecto y estaba super motivado.
Aunque con el tiempo fui consciente de que quería algo diferente.
Sentía que más allá del blog quería abrirme a otras cosas, y por eso tomé una 2ª decisión importante.
Dar un taller presencial sobre vocación
A lo largo de 2016 descubrí que tengo talento para comunicar (por lo menos compartir experiencias), por lo que sentía la necesidad de dar alguna que otra charla en público.
Demasiadas cosas que compartir, y no quería limitarme sólo al mundo online.
Hacía unos 4 años que di mi última charla «en público» en Alemania, en mi último año de universidad, pero esta vez organicé un taller con dos amigas también bloggers que me iban a acompañar.
Como comunicador que soy, pensé que dar el taller iba a ser pan comido, pero justo antes de empezar estaba bastante bloqueado.
https://www.youtube.com/watch?v=1fDN58VwJeA
A pesar de que en el vídeo pueda parecer que no, pasé muchos nervios, hablaba muy rápido y sentía que el corazón se me salía por la boca.
Estaba saliendo de mi zona de comodidad al 200%, buena señal. ¡Gracias Rosa y Bea por ayudarme con ese empujoncito!
Aunque los nervios no se me fueron en ningún momento (hasta el día siguiente), al final salió bastante bien y el feedback fue positivo.
Apuntarme al club Toastmasters para aprender a hablar en público
Aprender oratoria siempre fue una de mis espinitas clavadas.
En el taller comprobé que estaba bastante verde en eso de sentirme cómodo hablando en público, pero comunicar es el camino por el que la vida me está llevando.
Cuando intuyes que tu camino va por donde sientes que debe ir, fluye, aunque te resulte incómodo.
Por ese motivo decidí apuntarme a Toastmasters, un club no lucrativo que está presente en los 5 continentes y se dedica a formar a las personas en comunicación y liderazgo.
No te voy a engañar, estuve sólo unos meses y di pocos discursos, pero volví a comprobar que sin práctica no vas a ningún lado.
Aprender a hablar en público es un ejercicio de autoconocimiento y desarrollo personal brutal.
[bctt tweet=»Aprender a hablar en público es un ejercicio de autoconocimiento y desarrollo personal brutal.» username=»RutaKaizen»]
En mi primer discurso «oficial» sentí muchos nervios, como en el taller, pero fue bastante bien.
Aquí puedes ver una parte de «Living without masks» (en inglés) por si te apetece verlo:
En el club, al terminar un discurso recibes la valoración subjetiva del resto de miembros en papel.
De esa forma te ves en perspectiva, ya que tienes opiniones de todo tipo respecto a cómo lo hiciste desde fuera.
Por dentro me sentía extremadamente incómodo después del discurso, ya que pensaba que lo había hecho fatal y que se me había notado mucho que era un manojo de nervios.
Para mi sorpresa, la mayoría de valoraciones fue positiva.
Me di cuenta de lo malos jueces que somos de nosotros mismos, y de lo que tendemos a machacarnos por dentro.
Aunque lo hagas de forma inconsciente, es importante averiguar de dónde nacen esos juicios.
¿Lo sabes?
El caso es que en esos meses también desarrolle mi propio curso online para encontrar tu vocación, y me propusieron trabajar como mentor en un programa de marketing online.
Vamos, que empecé a trabajar por internet con personas y a vender mis cursos, por lo que el sueño de convertirme en nómada digital se estaba cumpliendo.
Pero no me sentía realizado con todo lo que estaba consiguiendo. De hecho, me sentía como una mierda y no sabía por qué.
Estaba tan desganado que pasé como tutor de aquel programa sin pena ni gloria.
No estaba agusto conmigo mismo ni con el rumbo que estaba tomando mi proyecto.
La sensación de «no encajo aquí» que me había perseguido toda mi vida seguía ahí, y era demasiado fuerte. Incluso teniendo un blog con perspectivas de convertirse en un negocio online rentable.
Me negaba a reconocerlo, pero sentía un vacío brutal en mi interior.
Ni siquiera quedar con mis amigos de toda la vida llenaba ese vacío.
Es más, me di cuenta que a veces quedaba con ellos para huir de esa sensación incómoda.
¿Cómo iba a escribir sobre desarrollo personal si seguía sintiéndome como el culo?
Las 3 decisiones que ves arriba me ayudaron a avanzar de alguna manera, pero la que al final hizo «clic» y marcó un punto de inflexión fue la siguiente.
Ir a un retiro de yoga de 4 días en el sur de España
Me enteré que había una reunión de bloggers en Madrid, así que fue la excusa perfecta para volver a viajar.
Llevaba demasiado tiempo intentando resolver el mundo desde casa, cuando lo que necesitaba era salir de la cueva de una maldita vez.
Aquella experiencia estuvo genial para conocer a algunas personas pero también para desvirtualizar a otras que ya conocía.
De todas formas, por dentro seguía sintiéndome vacío…
Llevaba semanas madurando la idea de ir a un retiro de yoga. Al principio me sonaba raro asistir a un «retiro», pero al final di el paso porque tenía ganas de conocer esta disciplina milenaria.
Fui a la sierra de Aracena, en Huelva, es decir que me desplacé más de 1000 km para ir a ese retiro, cuando en mi vida había ido a una clase de yoga.
Además, pagué una pasta por ir.
Pero mereció la pena, de alguna manera resonaba mucho en mí el mensaje de Naylín Núñez y su Yoga es más, la comunidad donde encontré el retiro.
Lo que no me imaginaba es lo que me iba a encontrar ahí:
- Una gran honestidad y apertura por parte de todos
- Personas con las mismas inquietudes dispuestas a escuchar
- Un espacio donde compartir(me) con los demás
Pero sobretodo, me reencontré conmigo mismo y con mi sensibilidad.
De hecho, la dinámica de grupo del último día fue uno de los momentos más especiales. Viví una catarsis emocional, llorando como nunca había llorado al escuchar a mis compañeros.
Tampoco daré muchos detalles. Sólo te animo a que, si te encuentras en una situación como la mía, es importante tomar decisiones, porque es quizá el mejor antídoto para la ansiedad y la depresión (al menos, subclínico)
Si no hubiera asistido a aquel retiro, no habría abrazado mi lado sensible ni descubierto que soy una persona altamente sensible (PAS).
Ir a terapia y contratar a un coach para que me hiciera de espejo
Hasta hace unos años no me había planteado ni contratar a un coach ni ir a terapia, pero quizá había llegado el momento.
Siempre quería solucionar mis problemas por mí mismo, por eso me apunté a clases de Ashtanga Yoga y pensaba que, trabajándome a nivel físico, mental y espiritual iba a conseguirlo.
Mentira.
Por dentro seguía sintiéndome bastante solo, y nadie de mi entorno entendía al 100% lo que me pasaba por dentro.
Tampoco sentía la confianza suficiente para contarle a nadie mis historias, más allá de las personas que conocí en el retiro.
Poco a poco fui dándome cuenta de que lo que necesitaba es que alguien me hiciera de espejo.
O lo que es lo mismo: un terapeuta o un coach (o un buen amigo dispuesto a escuchar y a hacer buenas preguntas, si conoces a alguno preséntamelo).
Tenía muchas reticencias a dar el paso, porque todo lo que veía por internet me olía a personas poco auténticas y que no han vivido un proceso de transformación.
¿Cómo van a orientarme personas que no se han transformado?
Porque quizá en el mundo del coaching hay una burbuja tremenda, teniendo en cuenta que hay una demanda brutal con miles de personas en crisis de sentido vital.
Y yo quería encontrar al principio a alguien que hubiera pasado por algo como yo y que estuviera dispuesto a escucharme.
Finalmente encontré a una persona honesta y con la que conecté mucho por su historia.
Lejos de venderme una receta milagrosa para conseguir objetivos, me hizo de espejo para que descubriera de qué pie cojeo y cómo podía abrazar mis debilidades y sacar a relucir mi autenticidad.
De todas formas, posteriormente también necesité ir a terapia.
Por eso creo que ésta y la de asistir al retiro de yoga son las decisiones más acertadas de aquella época (además de pasar mucho tiempo solo), ya que me han acercado a mi esencia.
Conclusión: ¡sumérgete! Del fondo del pozo a ver la luz
¿Te has preguntado alguna vez por qué el silencio es tan incómodo?
Sencillo, porque en nuestro interior hay mucho ruido, y la única manera de callarlo es con el ruido de fuera:
- Youtube/TV
- Netflix
- …
Esa NO es la manera más adecuada de enfrentar un momento difícil.
Desde mi propia experiencia, para salir de una depresión la única salida es: ¡hacia dentro!
La sociedad pretende hacerte creer que con fármacos te curarás, cuando en realidad son drogas (permitidas), que además pueden ser más adictivas que la mayoría de drogas «duras».
Lo que no te dicen es que la única manera de salir del pozo es profundizando en ti mismo, abrazando tu sombra y encontrando el interruptor de tu luz interna, una luz que siempre ha estado ahí, pero que cuesta encontrar.
A veces, para conocerte mejor a ti mismo necesitas que otros te hagan de espejo, que para eso está la terapia (y el coaching para salir de un bloqueo, pero no la salir de una depresión).
Hasta que, poco a poco, aprendes a utilizar mejor esa luz, y cuanto mejor la uses mayor será su potencia.
En este cambio de era que estamos viviendo, cada persona puede ser un faro que ilumine el camino de otros, a través del ejemplo, ayudando a que los demás se conviertan también en faros, y así sucesivamente generando una ola de conciencia en el mundo.
Al menos esa es mi experiencia.
Cada persona es diferente, pero está en tu mano reinterpretar tu historia personal.
La tristeza, la depresión y la ansiedad están ahí para que las vivas, no para que las reprimas.
Cada vez que estés sintiéndote vacío, siéntelo, y pregúntate de dónde nace.
Estás en el momento que necesitas estar, significa que algo se está abriendo en tu vida.
De todas formas, como dije al inicio del artículo, si tu caso es severo es importante que acudas a un profesional de la salud mental.
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Y tú, ¿viviste o vives algún episodio parecido? ¿Cómo lo solucionaste? Si quieres, puedes contárnoslo en los comentarios.
Fotografía: Depression.