La mayoría de personas viven una vida muy parecida. Este es el patrón de la sociedad: estudia, consigue un trabajo bien pagado, hipotécate, forma una familia y cuando te jubiles, con 65-70 años, ya podrás hacer lo que quieras con tu tiempo.
Eres consciente de que existe otro camino, ¿verdad?
Hace unas semanas desvirtualicé a una persona que ya conocía en el mundo digital.
Como me gustaba mucho la manera de enfocar su proyecto, le propuse que escribiera sobre su historia de reinvención profesional en el blog, y aquí está.
Él es Victor Lloret, un ingeniero informático que estuvo 7 años saltando de trabajo en trabajo para ganar más dinero.
Finalmente, decidió reinventarse y emprender su propio proyecto de emprendimiento para conseguir el estilo de vida que soñaba.
No te pierdas su inspiradora historia porque es cojonuda, así que te dejo con él.
¡Todo tuyo Víctor! 😉
Las 5 etapas que viví para dejar un trabajo que no me llenaba y crear mi proyecto de emprendimiento
Acabas tus estudios y el siguiente paso es ir a la universidad. Tienes que elegir qué harás con tu futuro pero no tienes ni idea de qué querrías estudiar. Aún así, lo haces.
Terminas la carrera y te pones a trabajar, los años pasan muy deprisa y tú vas saltando de trabajo en trabajo buscando mejorar y ganar cada vez más dinero. Vas siguiendo el camino marcado.
Consigues el objetivo, tienes un buen trabajo con un muy buen sueldo y deberías ser feliz pero algo falla. No sabes qué es pero aquello no es como tu creías que iba a ser…
¿Te resulta familiar? Pues así he estado yo los últimos 7 años.
[bctt tweet=»Conoce las 5 etapas que viví hasta crear mi proyecto de emprendimiento, por @surfeatuvida»]
Tabla de contenidos
- Cómo me perdí en el laberinto
- Elegir los estudios equivocados
- Trabajar en modo Zombie
- Mis Viajes
- Trabajar en modo consciente
- Mi propio proyecto de emprendimiento
- ¿Qué he aprendido de estas etapas?
- ¿Cómo nació Surfea Tu Vida?
- Mi regalo para ti
- Visión de futuro
Mi manera de ver la vida dio un vuelco total en el momento en que me di cuenta de que no podía quería vivir mi vida tal y como marca la sociedad.
Como la gran mayoría de gente, estudié una carrera universitaria.
Para elegirla, me vi más influido por la posible salida profesional que por lo que realmente me gustaba. Además, empecé a trabajar en ese sector incluso antes de acabarla por lo que fui cometiendo un seguido de errores que me llevaron a un bucle laboral en el que no estaba a gusto.
¡Como echo de menos no haberme tomado un año sabático para viajar, pensar, conocer mundo y aprender lo que yo quería hacer con mi vida!
Seguí el camino marcado y fui probando en diferentes empresas mejorando cada vez mi salario. La ruta estaba marcada y yo la iba siguiendo sin pensar demasiado.
Hasta que hubo un momento en el que desperté, dejé de ser un zombie y me empecé a hacer preguntas. Me di cuenta de que ese tipo de vida no me hacía feliz y ese fue el punto de no retorno.
Pasé de vivir sin un plan, a montar mi propio proyecto sabiendo por fin qué tipo de vida quería vivir.
Hoy te quiero contar este proceso, estas 5 etapas que me hicieron despertar y dejar un trabajo que no me gustaba para empezar a vivir la vida tal y como quiero vivirla.
Cómo me perdí en el laberinto
¿Conoces la sensación de estar perdido en un laberinto y no ser capaz de encontrar la salida? Así estuve yo durante 7 años y la primera vez que lo sentí fue cuando tuve que elegir qué quería estudiar en la universidad.
No tenía ni idea. Nunca me había planteado:
- qué me gustaba más
- qué me gustaba menos
- en qué era bueno
- en qué no era tan bueno
Por suerte hasta el momento yo iba estudiando y sacando buenas notas sin plantearme mucho más que eso.
Nadie me había enseñado a detectar cuales eran mis puntos fuertes o cuales eran mis talentos por lo que jamás los pude potenciar. Ojalá hubiera sabido detectarlos a tiempo para trabajar sobre ellos y tener más claro qué era lo que me gustaba y lo que sabía hacer. No fue así…
Y llegó el gran día, ahora la cosa ya iba en serio, tocaba «hacerse mayor» y elegir qué iba a ser de mi el resto de mi vida.
No estaba del todo convencido pero tuve que decidir y a las pocas semanas me vi estudiando Ingeniería Informática sin saber muy bien como había ido a parar allí.
Me había puesto en la puerta del laberinto y me disponía a entrar en él sin saber lo que eso significaba.
Etapa 1.- Elegir los estudios equivocados
El momento de elegir carrera fue estresante: tenía delante mío un papel en blanco en el que tenía que escribir mis 5 opciones en orden de preferencia y no tenía ni idea de qué quería estudiar.
Cuando uno no tiene una vocación, no sabe para lo que sirve o qué es lo que más le gusta hacer, elegir estudios no es una tarea sencilla.
Después de mucho pensar, decidí que mi criterio para elegir sería la facilidad para encontrar trabajo una vez acabara, es decir, la famosa salida laboral.
En aquel momento la Informática estaba en auge, era la profesión del futuro así que 4 de mis 5 opciones fueron de estudios informáticos.
¿Y cuál fue la quinta opción que elegí? Perdida entre 4 opciones técnicas escribí lo que realmente me hubiera gustado hacer, INEF (estudios de educación física y deporte). La puse en último lugar para no sentirme mal conmigo mismo.
Vaya genio estoy hecho, era lo que quería hacer realmente y la degradaba al último lugar en mi lista de preferencias, un pensamiento muy lógico…
1.1.- Entrando al laberinto
Poner el primer pie en una clase me confirmó que me había equivocado. Fue una manera de avanzar un poco dentro del laberinto y ver que ya no había vuelta atrás. Me había perdido y solo me quedaba ir hacia adelante para llegar al final.
Realmente esto no es del todo cierto pero era tan cabezón que decidí no darme la vuelta y salir corriendo de allí. Ya que había empezado lo iba a terminar.
Total, que una Ingeniería de 5 años la acabé haciendo en 8 y sabiendo que no me gustaba, ¡supera eso si puedes! 😛
1.2.- Echando la vista atrás
¿Por qué no elegí INEF? Pensándolo fríamente, creo que fue por miedo. Me dejé influir por los mensajes que recibí acerca de lo difícil que sería encontrar trabajo, la poca salida que tenían esos estudios o que acabaría trabajando de profesor de gimnasia en una escuela.
En cambio todo eran alabanzas hacia convertirme en Ingeniero Informático diciéndome que yo sería el futuro, que se me rifarían las empresas y tendría un gran sueldo.
¿Qué ha habido de real en todo esto? Es cierto que estudiando Informática he tenido muchas más opciones para elegir trabajo pero la gran mayoría de estos trabajos eran como programador «picateclas», lo que vendría a ser el paleta de obra 2.0.
Un trabajo nada gratificante.
Si hubiera estudiado INEF, es cierto que me hubiera costado más encontrar trabajo pero hoy en día hay muchas maneras de inventarse un trabajo.
Si te dedicas a algo que te gusta y te apasiona es más fácil que encuentres la manera de destacar, lo que puede ayudarte a emprender tu negocio soñado.
Mi consejo es que estudies lo que realmente te gusta, te apasiona y se te da bien. El mundo laboral está cambiando y puedes emprender un proyecto que triunfe y que te haga feliz si sabes a quién te diriges y qué le puedes ofrecer.
Todo eso es más sencillo si te gusta lo que haces.
Etapa 2.- Trabajar en modo Zombie
Todos sabemos lo que es un Zombie, un muerto viviente. Las imágenes del Zombie común que tenemos en mente son de un ser que solo se mueve con el objetivo de alimentarse, no hace nada más, ni piensa ni actúa, solo deambula en busca de comida.
Yo fui un Zombie. Los primeros años de mi vida profesional trabajé con el piloto automático puesto. Deambulaba de trabajo en trabajo buscando ganar más dinero, ésa era mi comida.
Aún sabiendo que no me gustaba lo que hacía, no me planteaba mucho más, no pensaba en el futuro ni en si yo era feliz llevando esa vida.
Mi rutina Zombie era la siguiente:
- Encontrar un trabajo
- Aprender y estar mínimamente motivado un par de meses
- Darme cuenta de que no me gustaba el trabajo
- Aguantar varios meses más esa situación
- Perder totalmente la motivación y dejar de estar a gusto
- Buscar otro trabajo donde cobrara más dinero
Si hubiera cambiado totalmente de trabajo, hubiera hecho algo diferente, algo que me gustara más, posiblemente no hubiera llegado al punto de lanzar mi propio proyecto de emprendimiento pero como estaba totalmente perdido y no sabía lo que quería, era incapaz de cambiar.
No me paraba a pensar si eso me hacía feliz y era lo que quería hacer el resto de mi vida, sabía que odiaba ese trabajo e incluso iba a trabajar sin ganas pero seguía hacia adelante.
En mis discursos aparecían las típicas frases:
- Es lo que hay…
- Al menos tengo trabajo…
- Hay gente que está peor que yo…
Y no me planteaba un cambio, otra cosa, otra solución que me sacara de esa espiral de infelicidad.
El problema de esta rutina es que cambiaba un trabajo por otro similar, con lo que al poco tiempo me volvía a pasar lo mismo.
De esta manera iba alimentando mi vida Zombie y un buen día, casi sin darme cuenta habían pasado casi 7 años…
Ahora si que, no solo estaba perdido en un laberinto sino que caminaba a ritmo de Zombie… Ahora entiendes porque tardé 7 años en llegar al final, ¿no?
Etapa 3.- Mis Viajes
Mis viajes han sido, sin duda, la chispa que me hizo despertar del sueño Zombie para descubrir mi realidad.
Viajar es una de mis pasiones y, viaje tras viaje, he conseguido entender lo que quiero de la vida.
A medida que he ido visitando diferentes países, he visto y conocido a gente muy diferente. Muchas de esas personas viven con problemas y dificultades, con pocos recursos.
Me chocaba de manera brutal cómo conseguían ser más felices que yo, con la «suerte» que yo tenía de vivir en el teórico primer mundo.
Ese detalle me llamó la atención, sobretodo cuando visité Filipinas.
Allí la gente era feliz con muy poco, y yo, que tenía mucho, era incapaz de serlo en mi vida con mi trabajo.
Esto ya lo había vivido en otros países que había visitado, pero allí lo entendí mejor.
Probablemente ya estaba preparado para entenderlo, por fin había llegado mi momento.
3.1.- ¿Qué aprendí?
- Lo importante es vivir feliz
- Si mi trabajo me amargaba y no me aportaba nada, lo mejor era dejarlo y buscar algo que me hiciera feliz
- Necesitaba cambiar mi rutina
- Mis prioridades hasta el momento no estaban alineadas con la vida que quería llevar
Empecé a plantearme cómo era mi vida laboral y me di cuenta de que:
- Tenía un buen trabajo y un buen sueldo que no valoraba porque no me hacía feliz
- Recibía muchas ofertas de trabajo de lo mismo, así nunca iba a evolucionar hacia algo que me gustara
- Mi trabajo no me aportaba nada, solo me servía para cobrar un sueldo a final de mes
- Sentía que no debía estar ahí, pero tampoco sabía cómo plantearme dónde estar y qué hacer
3.2.- La zona de confort
Esta rutina y esta vida cómoda que tenía me hacía infeliz pero, cuando viajaba y salía de mi zona de confort, ¡me sentía vivo!
Vivía con poco y disfrutaba de lo que hacía, eso era suficiente para ser feliz.
En mi vida normal, esa sensación sólo la tenía cuando hacía surf.
Al sentir la velocidad y la fuerza del mar arrastrando la tabla me subían unas sensaciones por el cuerpo que me hacían volar.
Ya no te digo nada cuando me ponía de pie y surfeaba la ola hasta la orilla. Eso era puro éxtasis.
Y ese éxtasis estaba tan alejado de la sensación que te genera estar 8 horas sentado en una oficina delante de la pantalla…
Yo no podía seguir así, me estaba consumiendo por dentro.
Quería sentir esa adrenalina que tenía el coger una ola o esa energía y curiosidad que sentía cuando estaba en un país extranjero a diario.
Igual esto es un poco exagerado, ya se que eso no lo voy a conseguir, pero quería que mis días me aportaran algo más que lo que la rutina me había dado hasta ahora.
Quería que mis días fueran más estimulantes.
Empezó a nacer en mí el gusanillo de encontrar mi pasión y dedicarme a ella. El objetivo de buscar una manera de ganarme la vida que me gustara y que me permitiera conseguir la vida que yo quería.
Tenía muchas dudas, no sabía bien bien como conseguirlo pero ya estaba en camino de saltar de mi zona de confort para vivir constantemente fuera de ella.
Había entendido que cuando saltaba y me ponía a prueba, fuera de mis comodidades, apreciaba mucho más lo que hacía y lo que conseguía.
Me gustaba mucho más vivir así, vivir «inseguro».
El despertador había sonado y el sueño Zombie estaba llegando a su fin. Ya estaba con un ojo medio abierto y casi viendo la salida del laberinto. Me quedaba poco allí dentro…
Para todos aquellos despistados que no hayáis probado el surf o no sepáis de que sensaciones os hablo, os dejo este pequeño video:
Etapa 4.- Trabajar en modo consciente
Para conseguir este cambio di un primer paso que me ayudó a llegar al punto donde estoy hoy: empecé a trabajar para una empresa más pequeñita y familiar.
Éramos 5 trabajadores y la empresa se dedicaba al desarrollo web creativo.
En mis trabajos anteriores yo programaba cosas para bancos, aseguradores, farmacéuticas, etc. Ahora estaba en proyectos web atractivos y con objetivos diferentes por lo que estaba más a gusto.
Cambié de tecnología por lo que me tuve que adaptar y aprender, de nuevo, otra manera de trabajar.
Esta vez era diferente, volvía a ser un júnior y no dominaba muchas de las cosas que se me pedían pero me gustaba más que lo que hacía antes.
Había salido de mi zona de confort y cada día era un reto diferente.
En esa empresa, tuve la suerte de poder aprender cómo funciona el negocio detrás de las pantallas. Las negociaciones con los clientes, cómo enfocar un proyecto, cómo nacen y se crean Start Ups a partir de una idea, cómo debe hacerse una consultoría profesional y mucho más.
Estaba muy motivado pero en el fondo sabía que no podía hacer eso 10 años más. Seguía programando mucho, demasiado, y eso a mi no me gustaba, no me veía así el resto de mi vida pero no sabía cómo cambiar.
Estaba trabajando en algo que me gustaba más que lo que hacía antes, pero aún y así me faltaba algo.
En este periodo aprendí las 2 lecciones que me hicieron despertar definitivamente:
- El dinero no lo es todo: En este trabajo cobraba mucho menos que antes y era más feliz.
- El tiempo era mi prioridad: Era más feliz porque tenía mayor flexibilidad horaria para poder hacer surf cuando quisiera.
Por fin estaba despertando. En esta etapa ya estaba en modo consciente, seguía trabajando para otros pero ya me planteaba mi vida y mi futuro.
Me pregunté qué vida quería llevar y en qué tipos de trabajo me lo podían permitir. Tardé muy poco en darme cuenta que trabajar para un tercero suponía estar atado y no tener libertad para decidir cuándo y dónde trabajar. Por lo tanto, la opción de trabajar para mí mismo empezó a ganar peso.
Comencé a leer mucho y me interesé en conocer casos de gente que había conseguido vivir tal y como yo quería.
Descubrí otras maneras de vivir, más cercanas a lo que yo quería que a lo que la sociedad marcaba, así que en ese momento empezó a nacer mi proyecto de emprendimiento.
4.1.- Dejando atrás el laberinto y la alimentación basada en sesos
Por fin había encontrado la salida. El tramo final lo hice corriendo, ya no era un Zombie que se arrastraba de lado a lado. Había despertado definitivamente, había vuelto a la vida y estaba lleno de energía para correr hacia la salida.
Se acabó la rutina de trabajar en algo que no me gustaba para ganar dinero.
Esa vida Zombie ya quedó atrás y ahora era la hora de encontrar un proyecto motivante para conseguir mis objetivos de vida y ser más libre.
Etapa 5.- Mi propio proyecto de emprendimiento
Finalmente me lancé y salí definitivamente de mi zona de confort. Mi empresa no pasaba por un buen momento, un par de clientes se habían retrasado con los pagos y nos debían un par de meses de sueldo.
Al ver que la solución iba a tardar en llegar, le propuse a mi jefe que me despidiera con lo que los dos salíamos ganando.
Él se ahorraba un sueldo y yo obtenía una indemnización y podía cobrar el paro mientras ponía en marcha mi proyecto de emprendimiento.
Era el momento adecuado, quería empezar a vivir de manera diferente e intentar ganar en libertad.
Quería sentir esa sensación que tengo en el agua cuando viene una ola y empiezo a remarla sin saber si te caerás, si te tirará o si cogerás velocidad y la surfearás hasta la orilla.
Esa sensación de estar vivo era la que quería sentir a diario con mi trabajo.
¿Qué he aprendido de estas etapas?
1.- Escuchar a mi instinto
No todas las decisiones deben ser tomadas desde la razón. A veces hay que dejarse llevar por lo que tu cuerpo te pide.
Mi error en la elección de mis estudios fue por ser más racional que pasional.
No siempre hay que hacerlo pero a veces, en las decisiones complicadas en las que razón y corazón tiran por igual, hay que dejarse llevar.
2.- Valores profesionales
Al haber trabajado en diferentes empresas, la mayoría consultoras tecnológicas, he aprendido cómo suelen funcionar y por qué valores se rigen.
Estas empresas priman el dinero por encima de cualquier cosa. Tanto el trato al cliente como al trabajador suele ser «poco humano» ya que solo ven el beneficio que pueden sacar de ellos. También son especialistas en pisar a la competencia y pasarles por encima al precio que sea.
Todos estos valores no encajan con mi manera de ver la vida y no los quiero en mi proyecto. He aprendido que las cosas se pueden hacer de manera diferente, y así será como lo trabaje en Surfea tu Vida.
3.- Plantearme las cosas
He aprendido a no seguir con lo establecido. La vida no tiene porque ser trabajar 40 horas semanales hasta los 65 años y luego jubilarte tal y como marca la sociedad.
Hay muchos caminos y vidas posibles y cada uno puede elegir el suyo. Yo prefiero trabajar para aprovechar cada día como si fuera el último.
Si disfrutas cada día de tu trabajo y de tu vida serás más feliz y más libre para tomar tus propias decisiones.
4.- Valorar tiempo y dinero
Mis prioridades han cambiado. Ahora valoro más el tiempo que el dinero.
El tiempo sirve para vivir, el tiempo te hace libre. El dinero en cambio, si no tienes tiempo para disfrutarlo, no sirve para mucho.
El dinero tiene su importancia pero no hay que obsesionarse con él. Hay que encontrar el equilibrio perfecto entre uno y otro para ser más feliz.
Ganar dinero y no tener tiempo para disfrutarlo, o solo tener 3 semanas al año para hacerlo, no es la manera en la que yo quiero vivir.
5.- Aprender de mis errores
Estudiar Ingeniería Informática por un lado fue un error, porque me llevó a 7 años de trabajos poco gratificantes y que no me gustaban. Pero por otro lado me ha permitido aprender a programar y a espabilarme con todo tipo de problemas técnicos, lo que me ayudó a avanzar más deprisa al emprender mi proyecto.
Al saber cómo diseñar una web, he podido crear yo mismo mi blog con una imagen muy diferente a la del resto de blogs.
He sacado un gran beneficio de los errores que cometí en mi vida de Zombie y a día de hoy puedo aprovechar todo el conocimiento que gané enfocándolo de otra manera hacia mi proyecto.
Gracias los conocimientos de programación y de HTML y CSS que ya tenía, he podido especializarme en creación de blogs y personalización de plantillas de WordPress. De esta manera ayudo a otros bloggers emprendedores con sus proyectos y monetizo mi propio blog.
6.- Dedicarme a algo que me gusta
Emprender mi propio proyecto ha supuesto salir de mi zona de confort y disfrutar con lo que hago y descubro día a día. Todo es nuevo.
En esta etapa he aprendido a tener ilusión, motivación y alegría con mi trabajo y también he aprendido lo que son las ganas de emprender un proyecto.
Por primera vez me he sentado y me he propuesto unos objetivos de vida a medio y largo plazo y he tenido la verdadera sensación de libertad y de tomar las riendas de mi vida.
¿Cómo nació Surfea Tu Vida?
Al principio no sabía a qué quería dedicarme, me costó saber lo que quería hacer pero algunas cosas si que las tenía claras:
- Me tenía que gustar
- Debía poderme ganar la vida con ello
- Debía ser útil para los demás
- Me tenía que dar más libertad sobre mi vida para poder trabajar en cualquier momento y desde cualquier lugar
Pensándolo mucho la solución pasaba por un negocio online, más concretamente un blog.
Para decidir la temática del blog, decidí formarme para incrementar mis posibilidades de acertar. No quería un blog personal sino uno profesional que a la vez tuviera algo de mí.
Finalmente lo conseguí. Decidí ayudar a gente en mi situación, desmotivada y descontenta con su trabajo, a poder emprender su proyecto y cambiar de vida tal y como yo estoy haciendo.
Utilizando mi historia, y lo que he ido y voy aprendiendo, quiero hacer más fácil este proceso.
Mi objetivo es facilitar al emprendedor el crear su propio blog, ya sea aportando conocimiento o trabajando mano a mano en el proceso.
Como ves, he conseguido dar un nuevo enfoque a mi profesión. He aprovechado todo el conocimiento que he ido ganando en todos estos años y he encontrado un proyecto para ganarme la vida con el que me siento cómodo y con el que disfruto.
Reinventar una carrera, tal y como he hecho yo, se puede hacer con cualquier profesión. Solo hay que juntar lo que sabes hacer con lo que te gusta hacer y dar con la tecla para poder ofrecer un servicio o producto relacionado con eso.
¡¡¡Tu también lo puedes conseguir!!!
Como hay muchos blogs de este estilo, yo lo intento contar de otra manera, intento que el hilo conductor de mis mensajes sea el surf, ya que es mi pasión y el culpable de buscar la sensación de estar vivo en todo lo que hago.
Con esto he conseguido dedicarme a algo que me hace feliz y estoy montando una estructura para poder vivir tal y como quiero a medio-largo plazo.
No todo es tan fácil como parece
En este tiempo que llevo con Surfea Tu Vida, he aprendido lo que cuesta lanzar y hacer crecer un blog.
No todo es montarlo, que al final es lo más sencillo, es hacerlo visible, ganar seguidores, escribir artículos aportando valor y mucho mucho más…
Cuando uno empieza un blog, no sabe lo difícil que es. Uno comete muchísimos errores y se pierde mucho tiempo en aprender a hacer las cosas bien.
Como el objetivo de Surfea Tu Vida es ayudar a emprendedores a cambiar sus vidas con sus nuevos proyectos, hoy quiero compartir contigo todo lo que yo he aprendido desde que lancé mi blog y evitar que tu cometas muchos de estos errores comunes a todos los novatos del blogging.
Para agradecerte a ti haber leído este artículo sobre mi historia y a Edu, por abrirme las puertas de su blog, voy a dejarte un regalo que te puede ser muy útil si estás pensando en emprender tu propio proyecto, y más si este proyecto tiene que ver con un blog.
Mi regalo para ti
Descárgate totalmente gratis mi ebook: «Los 7 errores de novato que no deberías cometer al comenzar tu blog» y avanza más deprisa que el resto de bloggers en hacer crecer tu proyecto.
Aprende cuales son los errores típicos de todos los bloggers principiantes sin llegar a cometerlos, o corrígelos si es que ya los estás haciendo y no te has dado cuenta o no sabes como solucionarlos.
Todos hemos cometido estos errores al empezar, hasta los bloggers más grandes y reconocidos.
Aprovéchate, juega con ventaja y crece más deprisa.
Mi visión de futuro
Mi sueño es poder vivir de mi blog mientras viajo, hago surf, buceo o mientras disfruto de la vida.
Me gustaría poder trabajar desde cualquier parte del mundo y a cualquier hora, decidiendo yo en qué y con quién quiero trabajar.
Mi idea es montar una estrategia que me permita viajar por el mundo sin tener que dejar de trabajar.
Para ello mi blog debe crecer y convertirse en un referente para esa gente que comparte mi estilo de vida y quiere vivir de manera diferente para disfrutar más de la vida.
Para conseguir estos objetivos, espero poder ayudar a muchísimas personas como tú, a emprender sus propios sueños ya sea a través de mis servicios o a través de los futuros productos que pueda crear.
Un día ideal sería levantarme por la mañana en una isla paradisíaca, ir a hacer surf un rato y, después de coger unas cuantas olas, volver a trabajar en mi propio proyecto.
Sin duda esto sería dejar de ser un esclavo y ser totalmente libre, ¿no? Algo así es a lo que aspiro con Surfea Tu Vida.
¿Qué te parece mi plan? No pinta mal, ¿no? ¿Cuál es el tuyo? ¿También quieres empezar a Surfear Tu Vida?