Ruta Kaizen

Edu Serrano

  • ACERCA DE
  • BLOG
  • CONTACTO

5 experiencias transformadoras que vivimos al dar la vuelta al mundo

Ivan y Erika

dar-la-vuelta-al-mundo

En noviembre de 2014 tomé la decisión de dejar mi trabajo y largarme con mis ahorros para viajar una temporada por el sudeste asiático.

Viéndolo en perspectiva,  me ayudó a despertar del Matrix en el que vivía por lo que es una de las mejores decisiones que he tomado.

Tenía sólo 24 años, pero si no hubiera despertado en aquel momento me habría conformado con una vida mediocre sin pensar en mis sueños, quizá hasta la crisis de los 40 (o más).

Cada vez tengo más claro que, si no eres feliz con la vida que llevas, cuanto antes despiertes mejor.

Por eso viajar te ayuda a ponerte a ti mismo en perspectiva, fuera de tu burbuja. Empiezas a ser consciente de que hay alternativas y vida más allá de trabajar 40 horas semanales en una oficina con 4 semanas de vacaciones al año.

En definitiva, existen otras maneras de vivir.

Hoy estoy contento de tener como invitados a Iván y Erika, de Viviendo por el Mundo.

De momento yo he viajado solo bastante, pero ellos son una pareja que, después de ahorrar durante varios años, decidieron hacer realidad su sueño de dar juntos la vuelta al mundo.

Empezar a viajar les cambió la vida. Lo gracioso es que desde que empezaron no han parado, llevando ya más de año y medio viviendo experiencias alucinantes.

No te cuento más, les dejo paso a ellos que por algo son los protagonistas 🙂

¡Adelante chicos!


 

[bctt tweet=»5 experiencias transformadoras con las que crecer  dando la vuelta al mundo, de @IvanyErikaVM» username=»RutaKaizen»]

Si te decimos que “viajar te cambia la vida” seguramente no te estemos diciendo nada nuevo o te parezca que estamos utilizando un topicazo que está muy de moda.

Pero si te decimos que en noviembre de 2014 empezamos nuestro viaje por el mundo y que, a día de hoy, poco queda de aquellas personitas que cogieron sus mochilas y se lanzaron a vivir su gran aventura, quizás nos tomes un poco más en serio.

Siempre hemos sabido que nuestra pasión era viajar, conocer nuevos lugares, gente interesante, vivir aventuras nuevas cada día y experiencias de todo tipo.

¿Cómo podíamos juntar todas estas pasiones y vivir la vida que queríamos vivir?

¡Viajando por el mundo y sin billete de vuelta!

Pero..

¿Cómo nace la idea de dar la vuelta al mundo?

No es algo fácil, ni ocurre de la noche a la mañana.

Nosotros, al igual que tú, teníamos nuestros miedos.

Miedo a dejarlo todo (familia, trabajo, amigos…) y no saber cómo iba a ser a la vuelta (si es que había vuelta).

Miedo a gastarnos todos nuestros ahorros y arrepentirnos de no haberlos destinado a otra cosa.

Miedo a dejar atrás una vida, una (falsa) estabilidad y una vida encarrilada.

¿Pero sabes qué es lo que más miedo nos daba? Hacernos viejos, mirar atrás, y ver que nunca llegamos a vivir como nos pedía nuestro corazón (o que ni siquiera lo habíamos intentado).

Ya habíamos pasado la barrera de los 30 y nuestra vida parecía más que predecible: trabajo estable, formar una familia, tener un hogar… «Sí, todo eso está muy bien pero… ¿ya está? ¿no hay nada más?”

Gracias a dios nos resistíamos a pensar que nuestras vidas se reducían a la carrera de la rata. No éramos infelices, pero sí dos peces en una pecera que cada vez se hacía más pequeña.

¡Necesitábamos hacer realidad nuestro sueño!

Decidimos ser valientes y llevar la contraria al estilo de vida que se suponía teníamos que vivir.

Dejamos nuestros trabajos, nuestra casa, nuestra rutina… ¡y nos fuimos a dar la vuelta al mundo!

¿Quiénes somos y que encontrarás en este post?

¡Pues qué mejor manera que un mini-vídeo de introducción!

Llevamos ya un año y medio viajando y te podemos asegurar que es la mejor decisión que hemos tomado en nuestras vidas.

  • Viajar durante un tiempo te hace conocerte a ti mismo como nunca. Aprendes a escuchar tu yo interior que, debido al estrés de vida que llevas en tu día a día, nunca has tenido la oportunidad de hacerle caso.
  • No hace que de repente te conviertas en otra persona que no tiene nada que ver contigo, si no que te da la oportunidad de ser quien realmente eres. Nada ni nadie te condicionan a nada. Tomas tú tus propias decisiones pensando simplemente en ti. Tienes eternas conversaciones contigo mismo que te hacen descubrir facetas de tu interior que hasta tú mismo desconocías.
  • Te hace fuerte. Hace que tengas que enfrentarte a situaciones totalmente distintas a las que estas acostumbrado y sí o sí, tienes que superarlas.

Podríamos estar horas y horas hablándote de todo lo bueno que te puede aportar viajar, pero seguramente ya habrás leído miles de artículos al respecto así que no queremos aburrirte.

¿Por qué estamos aquí entonces? ¿Qué te podemos aportar que pueda tener valor para ti?

¡Pues nuestra experiencia pura y dura!

Durante todos estos meses hemos vivido situaciones de todo tipo, pero creemos que han habido sobretodo cinco que nos han hecho madurar y crecer.

Nos hemos visto obligados a espabilarnos, a buscarnos a vida y salir adelante sin tirar nunca la toalla.

Así que hoy estamos aquí para compartir contigo nuestro crecimiento personal a través de 5 experiencias transformadoras que nos han hecho evolucionar.

Estas son las experiencias de Iván y Erika, pero si decides lanzarte a viajar, vivencias como éstas también pueden ser tuyas y provocar un punto de inflexión en tu vida.

Emocionante, ¿no crees? 😉

1. Campaña solidaria potabilizando el agua en Asia

Antes de iniciar nuestra gran aventura teníamos muy claro que durante nuestra vuelta al mundo queríamos formar parte de algún proyecto solidario en cualquier país donde nos fuera posible.

Finalmente, después de varios meses de viaje descubrimos el portal de una ONG estadounidese (waves4water) donde viajeros de todo el mundo podían crear su propia campaña solidaria para recaudar fondos y adquirir unos filtros de agua que la misma ONG facilitaba.

dar-la-vuelta-al-mundo

Con cada filtro se podía proporcionar agua potable a 100 personas durante 5 años ¿no te parece una pasada? ¡A nosotros también! Nos propusimos comprar 10 filtros (cada uno costaba 50$) y donarlos en algún pueblo necesitado de Indonesia

¡Creamos la campaña de crowdfunding y en menos de un mes conseguimos reunir todo el dinero necesario!

Habíamos preparado la campaña con mucha ilusión, con mucho cariño y con muchísimas ganas de aportar nuestro granito de arena.

¿Cuál fue nuestra sorpresa? Pues que, desgraciadamente, en el mundo en el que vivimos “ayudar no siempre es fácil”.

O mejor dicho “no siempre te lo ponen fácil”.

El gobierno de Indonesia, en lugar de colaborar para que pudiéramos ayudar a su gente, nos quería cobrar unas tasas exageradas para poder recoger el paquete con los filtros en la oficina de correos.

Por mucho que les explicaras que el contenido de ese paquete era solidario, no entraban en razón.

Conseguimos contactar con una ONG local (en Yogyakarta, Java) para que, además de que nos ayudarán a donar los filtros en el lugar más necesitado, también nos ayudaran con el tema de las tasas. Pero no hubo manera: ni siquiera con la intervención de la ONG, pudimos librarnos del pago.

El gobierno parecía hacer oídos sordos a temas humanitarios y las tasas se tuvieron que pagar igual. Por suerte para nosotros fue la misma ONG la que se hizo cargo de los costes.

Finalmente y después de muchos días y trámites burocráticos pudimos llevar a cabo nuestra campaña y llevamos los filtros a una escuela dónde los niños no tenían acceso a agua potable.

Vivir esta experiencia fue un poco desesperante y frustrante, pero a su vez fue muy satisfactorio cuando finalmente conseguimos lo que nos habíamos propuesto.

dar-la-vuelta-al-mundo

No fue fácil. Aquí te hemos resumido mucho la historia pero hubo momentos en los que solo veíamos impedimentos y nos entraban ganas de abandonar.

Pero decidimos seguir hasta el final por toda la gente que había confiado en nosotros y había colaborado en la campaña y porque la función de aquellos filtros era realmente buena.

Por un lado sentimos rabia, impotencia y desesperación. Por otro lado, fuerza, satisfacción y felicidad.

Podríamos habernos resignado, habernos rendido y aceptar que las cosas funcionan así y que poco podíamos hacer nosotros ¡pero no! Teníamos claro nuestro objetivo y luchamos con todas nuestras fuerzas por conseguirlo.

Si realmente quieres algo, hazlo. Lucha, encuentra la manera y busca la solución porque ésta siempre existe.

La satisfacción que uno siente cuando se consiguen superar todos los obstáculos que hay en el camino… ¡no tiene precio!

Llevar a cabo un proyecto solidario: FUERZA, SUPERACIÓN y SATISFACCIÓN.

Puedes ver el resumen de nuestra campaña en éste bonito vídeo que preparamos en su día.


 

2. Realizar trabajos como voluntarios en varios países

Para poder alargar nuestro viaje lo máximo posible trabajamos a cambio de alojamiento y comida por muchos de los países por los que vamos pasando (a través de la web Workaway.info).

Hemos hecho de:

  • Granjeros en Argentina
  • Recepcionistas en un hostel en México
  • Jardineros y vendedores de fruta y zumos en Hawaii
  • Camareros en un restaurante en Tailandia

Ninguno de estos trabajos los habíamos realizado antes en nuestras vidas así que tuvimos que aprender, in situ, a desarrollar todas estas tareas totalmente nuevas para nosotros.

dar-la-vuelta-al-mundo

¡Ha sido genial! Hemos aprendido a hacer muchísimas cosas que jamás pensamos que haríamos.

Quién nos iba a decir que íbamos a…

  • Cuidar animales en una granja
  • Limpiar corrales llenos de caca (eso no nos moló tanto)
  • Partir cocos con un machete
  • Hacer “smoothies” de frutas a yankies forrados
  • Talar árboles con una sierra eléctrica
  • Servir comida tailandesa con los pies en la arena de la playa

Todo esto y muchísimo más ahora forma parte de nuestro currículum. Así que ya sabes: viajando, además de crecer como persona y sentir una felicidad tremenda, también aumentarás tus habilidades como nunca.

Muchas veces nos ponemos barreras nosotros mismos y pensamos que no somos capaces de aprender a hacer alguna cosa.

¡Error de nuevo!

Si algo hemos aprendido gracias a todas estas experiencias vividas con Workaway, es que somos capaces de hacer cualquier cosa que nos propongamos.

Lo importante es poner interés, ganas e ilusión.

Además de agudizar nuestro ingenio y aprender a desarrollar cualquier tarea, trabajando como voluntarios hemos podido disfrutar de unos de nuestros valores favoritos en la vida: la amistad.

Hemos convivido y trabajado codo con codo con muchos otros voluntarios que han acabado siendo nuestra familia y con los que hemos compartido momentos inolvidables.

dar-la-vuelta-al-mundo

Risas, lloros, enfados, comidas, cenas, fiestas, trabajo… Miles de experiencias nos unen para siempre a otras personas de todas partes del mundo.

Amistades que, durante algunos periodos de nuestro viaje, han sido muy importantes para nosotros y que a día de hoy seguimos conservando.

Cuando viajas no tienes a tus seres queridos cerca. A veces es impresionante cómo de fuertes pueden hacerse los lazos con personas que vas encontrando por el camino.

Es de las mejores cosas de viajar o al menos de las que más felicidad te aporta. Conocer gente y que esa gente llegue a ser parte de ti… ¡es algo muy bonito!

[bctt tweet=»Está demostrado que un viaje se mide en amigos, no en kilómetros, @IvanyErikaVM» username=»RutaKaizen»]

Trabajar como voluntarios: INGENIO, HABILIDAD y sobretodo AMISTAD.


 

3. Contraer el Dengue en México

Sí, sí, lo has leído bien, el Dengue.

Cuando sabes que vas a viajar por países tropicales, eres consciente de que corres un riesgo y que quizá puedas acabar sufriendo alguna enfermedad.

Eres consciente sí, pero siempre piensas que a ti no te pasará…

¡Lo mismo pensaba yo (Erika)! Me puse todas las vacunas habidas y por haber y llevaba un botiquín casi más grande que mi mochila, pero cuando se trata de picadas de mosquito todos estamos en el bombo.

Me desperté una mañana con un dolor exagerado en todas mis articulaciones.

No me podía sostener en pie porque mis tobillos no soportaban mi propio peso.

Me dolía mucho la cabeza y tenía mucha fiebre.

Estábamos a miles de kilómetros de casa, no tenía  a mi familia cerca y me encontraba tan mal que sólo podía llorar.

Finalmente el médico y una analítica de sangre lo confirmaron: ¡había contraído el dengue!

Vivimos una situación de mucho miedo. Llevamos casi toda la vida escuchando que habían personas que murió por esa enfermedad tropical.

El dengue por desgracia no tiene vacuna ni medicamento que la cure. Si tienes la mala suerte de sufrirla, el tratamiento consiste en:

  • Paracetamol cada 5 horas
  • Mucha hidratación con suero en vena (como fue mi caso)
  • Beber electrolitos
  • Esperar que pasen los días hasta que tu propio cuerpo venza al virus

Después de unos cuantos días de pasarlo bastante mal, mi cuerpo empezó a vencer a la enfermedad y poco a poco me fui sintiendo mejor hasta llegar a curarme del todo.

Tuve que ser fuerte, no podía dejar que la enfermedad me venciera.

Me sentía muy débil, no tenía fuerzas para nada pero mis ganas de seguir viajando, de seguir cumpliendo mi sueño y en definitiva, mis ganas de vivir, me hicieron superar esa enfermedad y yo creo que cualquier cosa que se me hubiera puesto por delante.

Superar una enfermedad: MIEDO, FUERZA Y GANAS DE VIVIR.


 

4. Recorrer la Patagonia Argentina en autoestop

Viajar en autoestop ha sido una de las mejores experiencias que hemos vivido en lo que llevamos de vuelta al mundo.

Antes de este viaje nunca habíamos viajado de este modo. En España no es nada común hacer autoestop así que nunca nos habíamos atrevido a probarlo.

Supuso salir de nuestra zona de confort… ¡una vez más!

Al llegar a la Patagonia Argentina los precios estaban por las nubes. En alojamiento y comida podíamos ahorrar durmiendo en tienda de campaña y comiendo sandwiches comprados en el supermercado.

En el caso del transporte… ¡llegó la hora de lanzarnos a la carretera!

Por un lado por necesidad, porque no nos podíamos permitir pagar los desorbitados precios de los autobuses en la Ruta 40.

dar-la-vuelta-al-mundo

Por otro lado, porque queríamos vivir en nuestras propias carnes cómo era eso de “viajar a dedo”.

¡De las mejores decisiones que hemos tomado en el viaje!

Viajando de ese modo pudimos conocer a gente local maravillosa. Aún seguimos alucinando cuando recordamos a las familias que nos recogieron y nos lo dieron todo a cambio de nada.

Llegamos a dormir en sus casas varios días y no sólo nos dieron alojamiento si no que también nos dieron de comer todo lo que quisimos y más, sin esperar nada de nosotros. ¿Te lo puedes creer?

Nosotros al principio tampoco… Es triste, pero estamos tan acostumbrados al egoísmo de nuestra sociedad que cuando vemos tanta hospitalidad, buena fe y amabilidad en alguien, hasta nos parece extraño y tendemos a desconfiar

¡Cuánto debemos aprender de toda esa gente! Si hubiera más personas así, el mundo sería un lugar mucho mejor, eso está claro.

Aprendimos tanto en esos días… Nos dieron unas lecciones de humildad que jamás olvidaremos.

dar-la-vuelta-al-mundo

No todo fue de color de rosa, ¿eh? Pasamos frío, calor, aburrimiento, estrés… un poco de todo.

Había días en los que nos recogían a los 5 ó 10 minutos y había días en los que pasamos horas y horas esperando a que algún buen samaritano nos parara.

Llegamos a montar la tienda de campaña para hacer noche detrás de un restaurante de carretera, ya que hubo un día que nadie nos paró y se acabó haciendo de noche…

Vivimos en primera persona cómo cochazos de buena familia que iban vacíos ni siquiera nos miraban. En cambio, coches destartalados y que iban a tope se ofrecían a llevarnos.

¿No te parece contradictorio?

¡Podemos afirmar que quién menos tiene es quién más da!

Viajar en autoestop: HOSPITALIDAD, GANAS DE AYUDAR, HUMILDAD


 

5. Vivir con lo justo en plena naturaleza

A lo largo de todos estos meses de viaje, hemos aprendido a vivir en todo tipo de lugares. Muchas veces porque no nos quedaba otra y otras veces porque sinceramente… ¡nos gusta la aventura! 😉

Experiencias como…

1.- Dormir en unas cabañas casi destrozadas en una reserva ecológica en Uruguay

No teníamos ni luz, ni agua corriente. Estuvimos conviviendo con la naturaleza en estado puro.

¡Incluso alguna noche nos despertaban caballos salvajes rascándose en nuestra cabaña!

dar-la-vuelta-al-mundo

Nada más llegar queríamos salir corriendo… Pero pasados unos días no nos queríamos ir de allí.

Es curiosa la gran capacidad de adaptación y de supervivencia que tiene el ser humano.

2.- Pasar la noche en la selva amazónica de Perú

¿Te puedes imaginar lo que es dormir colgado de dos árboles en el Amazonas? ¡Hay que vivirlo!

Tras un trekking nocturno con todos los sentidos activados y la adrenalina a tope, tocaba volver al campamento.

No dormimos dentro de una tienda o algo así, si no en una hamaca dentro de una mosquitera de tela atada de árbol a árbol en plena jungla.

Fue una experiencia brutal… En el Amazonas viven todos los animales que te puedas imaginar (algunos te pueden matar) y allí estábamos nosotros dispuestos a pasar la noche con todos ellos como si fuéramos uno más.

3.- Vivir dos meses en tienda de campaña en un rainforest de Hawaii 

Leído así puede sonar a un lugar ideal, pero era época de lluvias y en la jungla de Hawaii hay arañas más grandes que tu mano y ciempiés venenosos por todas partes…

Por lo tanto, ¡la cosa se puso emocionante!

Una tienda de campaña no aísla igual que una casa y si llueve todos los días…

  • Le acaba saliendo moho a tu ropa.
  • Te pones todos los días la ropa mojada porque no se ha podido secar.
  • La arena y el barro acaba entrando en la tienda así que es imposible mantenerla limpia.
  • Convives con cien mil mosquitos que están en su mejor hábitat (¡dos meses de lujo!). Aún y así, nos acabamos adaptando y aquel acabó siendo nuestro maravilloso hogar del que guardamos muy buen recuerdo.

4.- Vivir en una playa de una isla virgen de Tailandia

Dormíamos en unos mini bungalows de paja con agujeros por todas partes. Aquello era un paraíso: playas desiertas, palmeras, arena blanca…

Pero una vez más, nuestra capacidad de adaptación nos seguía poniendo a prueba y seguía empeñada en que aprendiéramos a vivir con lo mínimo y compartiendo nuestras vidas con otros seres vivos, no siempre entrañables…

Además, sólo había electricidad ciertas horas al día. Nos duchábamos con una manguera, utilizábamos un baño común llenito de arañas e insectos de todo tipo y convivíamos con serpientes y lagartos más grandes que un caimán.

Todas estas vivencias han sido las más difíciles de pasar en el momento, pero ahora mismo, son las que recordamos con más cariño.

Aprender a vivir sin nada: PAZ INTERIOR, BIENESTAR y ORGULLO


 

Conclusión

Valores como:

  • Afán de superación
  • Satisfacción personal
  • Ingenio y habilidad
  • Amistad pura, sincera y verdadera
  • Hospitalidad
  • Ganas de ayudar a los demás
  • Miedo y respeto
  • Fuerza y paz interior
  • Orgullo de uno mismo

A día de hoy forman parte de nuestras personalidades ¿No es genial?

No te vamos a engañar. No es que viajando nos hayamos transformado totalmente en alguien que antes no éramos. Pero sí nos estamos convirtiendo en personas más humildes, positivas y sobretodo personas con muchas ganas de seguir aprendiendo y aportando al mundo lo mejor de nosotros.

Nuestra esencia es la misma pero nuestra personalidad ha adquirido multitud de valores nuevos que nos hacen ver la vida con otros ojos.

Nos hemos acostumbrado a vivir con tan poco que todo lo valoramos mucho más.

Nos hemos acostumbrado a vivir tan libres que nos negamos a volver a encerrarnos en la sociedad en la que vivíamos antes.

Amamos vivir viajando y a pesar de que sabemos que no es un camino fácil, es lo que a nosotros nos hace felices y con eso vale.

dar-la-vuelta-al-mundo

¿Será esto un problema? ¿Encontraremos más trabas de ahora en adelante para vivir la vida que queremos vivir? No lo sabemos, pero…

Lo que sí tenemos claro es que en esta vida hay que luchar por lo que uno quiere y cuando las cosas se hacen con pasión… ¡se consiguen!

Comenzamos siendo más cobardes. Pero este viaje nos ha abierto muchas otras puertas que no sabíamos ni que existían. Como por ejemplo crear nuestro blog. Pero eso ya es otra historia…

Y tú, ¿Quieres algún cambio en tu vida? Toma un regalito para que pases a la acción

Si aún te sientes atrapado en la pecera, nunca es tarde para vivir cosas nuevas, invertir en ti y crecer personalmente.

Viajar durante una buena temporada puede ser el elemento transformador que te falta para dar un giro en tu vida.

Pero nada va a suceder si tú no haces que suceda. ¡Debes pasar a la acción!

¿Qué tal una lectura inspiradora? O un “zas, en toda la boca”, según se mire 😉 Queremos regalarte “Quien Quiera Peces…” un ebook muy sincero y directo donde te lanzamos Las 6 Claves para Vivir la Vida que Quieres.

Esperamos que lo disfrutes.

¿Estás pensando en lanzarte a vivir una gran aventura y ver todo lo que puedes aprender de ella?

¿Has viajado y has sentido que tu yo interior ya no era el mismo?

Sea lo que sea, ¡compártelo con nosotros!

Ivan y Erika

Tengo un audio de 4 minutos sobre un truco psicológico para relajar la mente en cualquier situación. No exagero. Lo tienes al suscribirte. 

En mi newsletter mando un correo a la semana donde comparto reflexiones y ofrezco mis cursos.

Suscribirse es fácil, darse de baja también.

Para cumplir con el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) es necesario que leas y aceptes la política de privacidad. Tus datos serán guardados en GetResponse, proveedor de email marketing, que también cumple con el RPGD.

Artículos relacionados

Publicado en: BLOG

Acerca de Ivan y Erika

En 2014 nos rebelamos, dejamos atrás la rutina y nos fuimos a mochilear sin fecha de retorno. Además de documentar nuestra vuelta al mundo low cost con vídeos, podcasts y posts repletos de tips, también asesoramos a viajeros, planeamos viajes y regalamos ebooks. ¡Qué majos!

Copyright © 2025 Ruta Kaizen · Todos los derechos reservados - Aviso Legal · Política de privacidad · Política de cookies

 

Cargando comentarios...
 

    Esta página usa cookies para que pueda mejorar tu experiencia. Más información.