Asia es un continente fascinante. Estoy seguro de que, si has estado, opinarás lo mismo. Además, en este continente es donde se está empezando a cocer el cambio económico y social a escala global.
China lleva años a la cabeza de la economía mundial en muchas industrias.
Pero Asia es más que China, y es que los países del sureste, como Camboya, Laos o Myanmar, aún siendo pobres, tienen mucho que ofrecer.
En mi ruta de un año por el sureste asíatico, Myanmar me enamoró perdidamente, sobretodo por la increíble hospitalidad de sus gentes. Sin embargo, tiene el alojamiento más caro del sureste asiático (después de Singapur), y también es la democracia más joven del mundo.
En 2011 el régimen militar que gobernaba el país abandonó el poder, pero no del todo.
Aunque el país está en proceso de democratización, muchos militares siguen estando en el poder y hay pocas opciones de echarlos después de las elecciones de finales de 2015, ya que la constitución los «blinda» para mantenerse ahí y es difícil modificarla.
Lo peor de todo es que existen 3 regiones en guerra: en el norte (estado Kachin) con China por el tráfico de opio; en el noreste con el estado Shan por su lengua y autonomía, y al este con la etnia musulmana Rohingya.
La Bamar y el birmano son la etnia y el idioma predominantes, pero se hablan más de 100 lenguas en todo el país. Algunas de esas etnias y lenguas están desapareciendo, por desgracia, y es que las personas con poder quieren un país 100% budista y Bamar.
En el caso de los Rohingya (musulmanes) se habla hasta de genocidio.
«Entonces es un país caro e inseguro, ¿no? ¿Por qué debería ir a un país en guerra?»
A continuación te voy a dar varios motivos para adentrarte en este país desconocido para muchas personas, pero fascinante y maravilloso para los que lo hemos visitado.
1.- Myanmar es un país con más de 140 grupos étnicos
Culturalmente megadiverso en ese sentido, también puedes encontrarte desde budistas (religión mayoritaria) hasta musulmanes, pasando por hinduístas, judíos, cristianos y otras religiones.
Las más de 100 lenguas que se hablan son otra muestra de esa diversidad, y es que comparte frontera con Tailandia, Laos, China, India y Bangladesh.
Aunque algunos militares y personas con poder son bastante radicales, lo cierto es que el pueblo birmano es el más pacífico y encantador que conocí durante mi viaje por el sureste.
En algunos lugares eres el único no birmano, y los locales se pelean por ofrecerte de comer.
Sonríen al verte por costumbre, te saludan y les gusta si les devuelves el saludo.
Es el único país del sureste en el que en todos los hostales suben tu mochila hasta el 5º piso si hace falta.
Su hospitalidad me fascinó desde el primer día. No tienen nada, y te lo dan todo.
2.- Bagan, ciudad imperial que debes ver una vez en la vida
Fue la capital del reino de Pagan, cuando se extendió la cultura birmana y el budismo Theravada a lo largo del sureste asiático.
Es probablemente el lugar más visitado de Birmania, teniendo que pagar 20$ de tasa turística para entrar, que no van para el mantenimiento de los templos, si no para los bolsillos de los oficiales.
Yo no quería contribuir a esa corrupción, por lo que entré sin pagar la tasa.
Puedes recorrer la espectacular zona de los templos con una bicicleta eléctrica.
Si dispones de 380$ en efectivo, también puedes hacer un viaje en globo con vistas espectaculares.
Pero lo mejor de Bagan es que, a pesar de ser la Angkor Wat de Camboya, no hay (todavía) turismo de masas.
Puedes pasear tranquilamente caminando o con tu bicicleta por el recinto, contemplando estas maravillosas ruinas del mundo antiguo.
Para que veas la belleza de la que te estoy hablando…
3.- Shwedagon Pagoda, Yangon, símbolo de Myanmar
Junto a la ganadora del Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, el complejo religioso Shwedagon, es uno de los símbolos modernos del país.
Es una de las pagodas más grandes del mundo, con más de 100 metros de altura.
Merece la pena entrar y estar un par de horas admirando este espectacular templo.
Yangon fue la capital de Myanmar hasta el 2005 y es la ciudad más grande y que está experimentando un mayor crecimiento, con la llegada de la tecnología inundando poco a poco la ciudad.
Además también hay otros templos de interés, y puedes viajar en el tren circular de la ciudad, molesto por ser antiguo y ruidoso, pero auténtico al ver el día a día de los locales.
Las playas del oeste de Yangón son preciosas y están sin explotar, sólo hay locales que no toman el sol y se pasean con paraguas. En unos años el escenario cambiará radicalmente, por lo que es un magnífico momento para que vayas a explorarlas 😉
4.- Mandalay y el norte, peligro: ¡guerra!
La segunda ciudad más importante de Myanmar es Mandalay, en la zona norte del país.
Sólo existe una autopista o carretera en condiciones normales que cruza el país de arriba a abajo, y por suerte llega a esta ciudad.
Más allá de esa, el resto de carreteras (la mayoría en construcción) son caminos con asfalto en mal estado o arena, tierra y piedras, con lo que viajar a sitios recónditos es toda una aventura.
En Mandalay se puede ver a dos grandes comunidades: la china y la india.
La atracción principal es la montaña junto al río y la ciudad vecina de Sagaing, con pagodas y un monasterio budista en las montañas fascinante.
Muchas personas que deciden visitar Myanmar van al Lago Inle, pero yo decidí aventurarme a tomar el tren e ir al lago Indawgyi (uno de los más grandes del sureste asiático), a pesar de ser consciente de que el estado Kachin estaba en guerra con China.
Fue una de las experiencias más surrealistas que viví en mi vida. El tren era lento, ruidoso, viejo y se movía de lado a lado.
Fueron 17 horas de trayecto nocturno, en las que no pude dormir más de 5 minutos por el frenético movimiento del tren, pero los locales me ofrecieron comida y cojines para estar cómodo.
Sólo habían dos occidentales en el único hostal de la región, y al parecer, un inglés en moto se adentró en una zona peligrosa con las fuerzas birmanas en tensión con China. Desde ese día prohibieron el uso de motos, le podrían haber disparado.
Lo bueno es que en cuanto llegué me encontré nuevamente con la hospitalidad birmana.
Ningún local hablaba inglés pero me sentí como una superestrella en los años 60, todo el pueblo acudió a verme y saludarme, y un pescador nos llevó de excursión por el lago con su barca gratis.
Había merecido la pena.
5.- Hpa-An y el sur de Myanmar: templos para aburrir
Hpa-An fue mi primer destino entrando desde Tailandia. Realmente fue un shock pasar de las excelentes carreteras de Tailandia, a los caminos con agujeros del tamaño de un cráter de un meteorito al cruzar la frontera.
Pero al llegar a la ciudad y ver la amabilidad de sus gentes, me olvidé de todo lo malo.
Con una moto se puede pasear por el pueblo e ir al río, a la montaña o las cuevas de alrededores.
De hecho, Hpa-An es uno de los lugares más bonitos y especiales que he tenido el placer de ver en el sureste asiático. Echa un vistazo a las fotos.
Además de Hpa-An, Mawlamyine y Dawei son atractivos por sus pagodas y templos de diferentes religiones, además de las playas del sur, como las del oeste de Yangón, sin turismo pero de una belleza increíble.
El turismo está creciendo últimamente a un ritmo vertiginoso, así que si estás pensando en visitar el país, ¡hazlo cuanto antes!
**********
¿Has visitado Myanmar o estás pensando hacerlo? Déjame un comentario entonces, también si tienes cualquier duda o sugerencia para incluir algún lugar extra 😀
Si te gustó el artículo puedes compartirlo por las redes sociales con los botones de abajo.