Lo sé, más de una vez te lo has planteado.
Te gustaría que se acabaran las guerras, el hambre y la desigualdad en el mundo, así como las discusiones en casa.
De vez en cuando te preguntas por qué hay tanto odio y miedo por todas partes.
¿Crees realmente que va a cambiar el mundo? Ya te lo digo yo, el mundo NO puede cambiar.
Bueno, en realidad sí, pero para saber realmente cómo, deberás llegar hasta el final del artículo o hacer scroll hacia abajo 🙂
Hoy vengo a hablarte de tu relación con el dinero. Sí, ese tema tabú del que poca gente está dispuesta a hablar, y es que el dinero es una energía como cualquier otra, aunque no siempre he sido consciente de ello.
¿Por qué es una energía? Por que ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Mira estos ejemplos:
- El aire que respiras
- El aparato que utilizas para leer este artículo
- La conexión a internet
- Tu cuerpo
- La casa donde vives
Todo está formado por materia, y esa materia por átomos, y esos átomos por energía en esencia.
Por lo tanto el dinero también, y lo que marca la diferencia entre las personas exitosas económicamente y las que no, es simplemente su sistema de creencias y su relación con el dinero.
Crecimos con la idea de que si ganas dinero es que alguien se está empobreciendo. Esa es una mentalidad de escasez, y la realidad es que cada día hay más dinero en el mundo.
El problema es que no recibimos educación financiera, algo fundamental en los tiempos que corren.
Pero si te quejas de ello y de tu situación actual o atacas a los ricos porque son ricos, te estás atacando a ti mismo.
La única solución a este problema global es hacer las paces con la vida y con el mundo.
Es por eso que he decidido empezar esta serie de artículos sobre la gran pregunta: ¿se puede cambiar el mundo?
En este primero, voy a tratar de arrojar luz al asunto del dinero desde mi experiencia y punto de vista, para que puedas aplicar lo que vas a leer a tu vida desde ya.
[bctt tweet=»¿Se puede cambiar el mundo? (vol. 1): Tu relación con el dinero» username=»RutaKaizen»]
Pero antes de nada, voy a empezar con…
Una historia personal
Cuando vivía en Alemania durante mi año de intercambio trabajé unos meses en una agencia de hostelería.
Como al principio no sabía mucho alemán ni dominaba el inglés, viví escenas bastante vergonzosas. Yo era uno de los camareros que atendían a las mesas en ferias de empresarios alemanes, y más de una vez no entendía nada de lo que me decían.
Me sentía bastante ridículo y pasé un mal trago saliendo de mi zona de confort.
Por otro lado sabía que estaba ganando dinero para mis gastos. Además estaba aprendiendo idiomas.
Tenía clarísimo que no quería seguir pidiéndoles dinero a mis padres.
Aquel trabajo me sirvió para financiar parte de los gastos que tuve en el año de Erasmus. Además, aquella agencia también estaba en Barcelona, por lo que al volver seguí colaborando con ellos de vez en cuando como trabajo complementario.
Te cuento esta historia porque hasta entonces nunca me había preguntado ni qué es el dinero, ni si hay formas alternativas de generar ingresos, ni si era posible cambiar el estado de las cosas.
Personalmente, lo único que me preocupaba en aquel momento era ganar dinero y experiencia, como un joven «ejemplar».
Eso iría cambiando con el tiempo, cuando empecé a cuestionarme de nuevo qué hacer con mi vida.
No te voy a engañar. Llevo mucho tiempo queriendo escribir sobre si es posible o no cambiar el mundo. Por una cosa u otra, lo he ido posponiendo pero no podía esperar más.
Ya escribí un artículo sobre la responsabilidad personal, pero estos son temas demasiado interesantes como para dejarlos de lado.
Antes de seguir, voy a hacerte una pregunta:
¿Cuál es tu relación con el dinero?
A la gran mayoría de personas que no tienen mucho dinero les gustaría tener más, y a las que tienen un poder adquisitivo suficiente para cubrir su nivel de vida, también.
A pesar de ello, lo cierto es que la mayoría de personas de esta sociedad viven peleadas con el dinero con muchos falsos mitos asumidos como ciertos.
Y tú, ¿eres una de ellas?
En muchos casos, el dinero es visto como algo sucio, que no se puede tener demasiado. De hecho, en los países latinos los empresarios ricos son vistos como gente maléfica y sin escrúpulos.
¿Es eso cierto? Depende. Por supuesto que hay malas personas que son ricas.
Pero… amigo mío, también las hay que son pobres. El dinero en todo caso magnifica tu personalidad.
[bctt tweet=»Hay malas personas ricas y pobres. El dinero sólo magnifica tu personalidad.» username=»RutaKaizen»]
Es curioso ver como algunas familias o amistades pueden dejar incluso de hablarse por las deudas.
De hecho, sorprende oír en televisión algún político diciendo «hacer crecer la economía es más importante que las personas».
Bueno, en realidad no sorprende.
Te guste o no, vivimos en un mundo donde la principal fuente de riqueza es el capital (el dinero). Hay unos pocos que eligen la opción de intentar vivir sin dinero, que es bastante complicado porque casi siempre dependerán de alguien.
Otros, el 99% de la población, se adaptan al sistema y tienen dos opciones:
- Quejarse de su situación económica de forma constante.
- Investigar de qué manera pueden mejorar su relación con el dinero para vivir con abundancia, o por lo menos en paz.
Espero que tú seas de los que están en el segundo grupo, aunque si estás en cualquiera de los dos, sigue leyendo si quieres vivir desde la conciencia para hacer las paces con el dinero el resto de tu vida.
1.- ¿Cómo nació el dinero? Un poco de historia
No te preocupes, no me voy a enrollar mucho con este tema 😉
Cuando vivíamos en tribus hace miles de años, se usaba el trueque como forma de intercambio de valor. Si tú tenías un cultivo de tomates y tenías suficientes para abastecer a tu aldea, podías intercambiar los que te sobraban con otra persona que también tuviera excedente de patatas, por ejemplo.
Poco a poco se introdujeron los papeles «te debo» junto a las conchas, entre otros objetos, para esos intercambios.
Hasta que surgieron las monedas, que crearon los reyes como símbolo de poder fundiendo oro y estaño, para así intercambiarlas con otras comunidades o reinos.
Pronto, la alta sociedad asiática se dio cuenta de que cargar con grandes cantidades de esas monedas para el comercio llevaba mucho trabajo, y empezaron a crear papeles certificados para controlar y almacenar el dinero.
Como era relativamente fácil «imprimir» dinero, se decidió fijarlo al patrón oro, y así permanecería durante varios siglos. La idea se propagó más tarde en el resto del mundo.
2.- Era industrial y crisis, ¿y ahora qué?
Con la llegada de la revolución industrial, a finales del siglo XVIII, el trabajo en el campo se automatizó y la mayoría de personas pasaron de trabajar en el campo a hacerlo en las fábricas.
La banca se fue haciendo fuerte gracias a los cambios que se estaban produciendo y el continuo movimiento de dinero por todo el mundo.
Tus padres, igual que los míos, nacieron en la era industrial cuando no existía ni internet. Si lo piensas, nuestros abuelos criaron a nuestros padres con el objetivo básico de llevar un plato de comida a la mesa, aunque hoy ya no tenemos problemas graves en ese sentido.
De hecho, el resultado del crecimiento de la banca fue que muchas personas podían vivir una vida que ni los reyes de hace siglos soñaban.
A partir de los 70, el dinero pasó de estar fijado al oro a estar fijado a la deuda, es decir que su valor pasaba a depender de la confianza de que ese dinero se acepte en el futuro.
En otras palabras, el dinero pasó a estar endiosado, ya que podías hacer tus sueños realidad con él.
Pero… ¿qué sueños tienes tú?
Con el tsunami de las nuevas tecnologías, internet y la globalización, el mundo está viviendo un cambio sin precedentes en la historia.
El boom inmobiliario permitió a todos poder acceder a préstamos para comprar una casa fácilmente. Hace unas décadas quizá el sueño de la mayoría era tener una casa enorme, pero hoy ya no.
De hecho, muchas personas cayeron en la trampa de no leer la letra pequeña y hoy están indignados con la crisis.
Y yo te pregunto, ¿la crisis es un drama o una oportunidad?
La palabra crisis viene del griego y significa «oportunidad», pero hoy el significado se ha prostituido.
Si lo piensas bien, las personas nunca tuvimos tantas oportunidades a nuestro alcance como hoy.
Hasta hace poco, la visión de muchas personas era que la responsabilidad de ofrecer un trabajo era de papá estado y mamá empresa.
Eso tuvo su sentido en la era industrial y en las etapas de post-guerra, pero siento decirte que la cosa está cambiando. De hecho en el siglo XXI ese rol del estado y las empresas se acabará.
No voy a decirte que emprendas tu propio proyecto a toda costa, pero sí que debes adoptar una actitud emprendedora ante la vida.
Nos han educado con la idea de que en el mundo hay escasez, cuando la realidad es totalmente opuesta ya que en el mundo hay abundancia de todo.
Por suerte, cada vez hay más personas que asumen la responsabilidad de conocerse a sí mismas y de elegir la vida que quieren vivir.
¿Eres una de ellas?
3.- El dinero como energía
Al inicio del artículo ya has visto por qué el dinero es una energía, ahora toca desmenuzar esa idea.
[bctt tweet=»El dinero es sólo una energía más.» username=»RutaKaizen»]
Cuando trabajas, inviertes una cantidad de horas con el objetivo de conseguir un sueldo a cambio. En la oficina o en cualquier sitio que trabajes pasas un tiempo, que es energía vital. Por lo tanto, el dinero que recibes por trabajar también es energía, ¿verdad?
La realidad es neutra, el dinero es simplemente un trozo de papel con un valor que les hemos dado por el que estamos dispuestos a invertir mucho tiempo de nuestra vida.
No se puede cambiar el mundo desde fuera pero la cuestión es: ¿en qué inviertes tu energía?
Como sabes, una de las principales leyes de la energía es que esta ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.
Si inviertes tu tiempo en un trabajo que te aporta dinero pero te consume por dentro, acabarás quemado.
Es más, una de las cosas que más energía vital consumen son los pensamientos negativos.
Si ya has pasado o estás pasando por ello, imagino que sabes de lo que hablo.
¿No tendría más sentido dedicarte a algo que te apasione o por lo menos te guste un mínimo? No es ninguna utopía, pero eso conlleva hacerse preguntas dolorosas:
- ¿En qué soy bueno de forma natural?
- ¿Qué aporta valor a mi vida?
- ¿De qué forma puedo yo aportar mis talentos y pasiones a la sociedad o a las personas de mi alrededor?
- ¿Qué círculos sociales me benefician y cuáles me perjudican?
El vacío por el que muchas personas pasan tiene varias causas: no conocerse a sí mismas, tener malos hábitos o estar invirtiendo sus energías en un trabajo que les aporta poco o nada.
Sin embargo, los vacíos existenciales (yo he pasado ya por varios) son una oportunidad tremenda de escucharte a ti mismo e indagar en lo que quieres realmente de tu vida.
Aunque parezca que te estás consumiendo por dentro, en realidad estás invirtiendo tu energía para lo más importante, que es darle un sentido a lo que haces.
Curiosamente, en oriente el vacío existencial está bien visto, ya que significa que estás profundizando en ti mismo.
Ya lo decía Gandhi: no puedes cambiar el mundo, pero sí puedes ser tú ese cambio que quieres ver en él.
¿Cómo hacerlo? Dedicando tu tiempo a algo que te llene.
Cuando somos jóvenes queremos cambiar el mundo, cuando nos hacemos adultos queremos cambiar nuestro país y, más adelante, a nuestra familia. Lo que no sabemos es que, si cambiamos nosotros, cambia todo lo demás.
¿Te animas a cambiar tú y por lo tanto tu alrededor?
Conclusión: sí puedes cambiar el mundo
En este artículo has visto por qué el dinero es una energía como cualquier otra, y como tal ni se crea ni se destruye, sólo cambia de forma.
También he hablado de qué opciones hay para afrontar el problema de la educación financiera actual.
Más adelante he contado de dónde viene el dinero, originándose cuando vivíamos en tribus en el trueque como herramienta de intercambio de valor, hasta las monedas y billetes modernos.
Con la era industrial casi todas las personas que vivían en el campo pasaron a trabajar en las fábricas, y unas décadas después en oficinas. Hoy en día, con las nuevas tecnologías no hay ningún trabajo seguro.
De hecho, la seguridad no existe, pero de eso hablaré en otro artículo.
Finalmente, he analizado la idea del dinero como energía y de qué forma hacer que esa energía juegue a nuestro favor.
En resumen, si vives con una mentalidad de abundancia, tendrás abundancia en tu vida. Si en cambio vives con una mentalidad de escasez, por desgracia tendrás escasez. Así de sencillo y de complejo a la vez.
[bctt tweet=»Si vives con mentalidad de abundancia, tendrás abundancia. Si no, tendrás escasez» username=»RutaKaizen»]
Por lo tanto, sí puedes cambiar el mundo desde la responsabilidad, pero no desde el victimismo.
Si quieres profundizar en estos temas, te recomiendo tres libros que te abrirán los ojos y la mente:
- El Código del Dinero, de Raimon Samsó.
- Padre rico, padre pobre, de Robert Kiyosaki.
- El cuadrante del flujo del dinero, de Robert Kiyosaki.
En el próximo artículo de esta serie hablaré sobre cómo cambiando tu comportamiento y tus hábitos de consumo puedes tener un impacto positivo a tu alrededor.
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¿Cómo es tu relación con el dinero? ¿Crees que el mundo es abundante o escaso?
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